Nuevo comedor en Getafe: más que un plato de comida
El nuevo comedor social de Getafe, abierto el 24 de abril, estaba previsto que empezara a funcionar en octubre, «pero estalló todo esto del coronavirus y vimos que tenía que abrir antes», explica Susana Hortigosa, presidenta de la obra social familiar Álvaro del Portillo, impulsora del proyecto
La historia del nuevo comedor social de Getafe empezó cuando un grupo de voluntarios del comedor de San Ramón Nonato, en Vallecas, «nos dimos cuenta de que se hacía mucho bien y de que se estaba ayudando a mucha gente, y entonces decidimos proponer este proyecto a la diócesis de Getafe», comenta Susana. Buscaron un local en la parroquia de Santa Teresa de Jesús, y desde allí están repartiendo comida preparada, «aunque nuestro objetivo es que haya en el futuro un comedor en el que la gente se pueda sentar a comer un plato de comida caliente, dentro de un proyecto más amplio en el que podamos atender a la persona en todas sus necesidades de acompañamiento psicológico, formación para el empleo y otras, siempre en beneficio de la persona».
El comedor se halla en el barrio de Las Margaritas, uno de los vecindarios de Getafe «con mayor índice de pobreza y en el que la crisis está golpeando muy fuerte», explica Aurelio Carrasquilla, vicario episcopal para la pastoral caritativa y social de la diócesis. Hasta la fecha en Getafe solo había «un comedor de capacidad muy reducida, con lo que ahora tenemos uno de mayor tamaño, al igual que los otros grandes municipios de la diócesis», dice el vicario.
El nuevo comedor está dando de comer a 300 personas al día. La comida se prepara en un comedor de la diócesis y también en un bar —actualmente cerrado por la crisis— que pertenece a los padres de un voluntario, quienes se enamoraron del proyecto y se ofrecieron para preparar en su cocina los alimentos para las personas que los necesitan. Luego se llevan a la parroquia de Santa Teresa de Jesús, donde los voluntarios reparten la comida junto al párroco, un colombiano llamado Elkin, «un gran sacerdote —cuenta el vicario—, que estudia por las mañanas y por las tardes reparte comida como uno más».
El perfil de las personas que acude al comedor es el de «muchas familias que estaban saliendo adelante después de la crisis de 2008, y que trabajaban en el servicio doméstico o en el cuidado de mayores. Con esta situación, han perdido su trabajo. Vivían al límite y ya han agotado los pocos recursos que les pudieran quedar». Sus economías eran muy precarias, «y bastaba cualquier pequeño golpe para llevarlos a la pobreza extrema», explica el vicario.
El nuevo comedor en el barrio de Las Margaritas ha dado un rayo de esperanza a todas estas familias del barrio, «pero nuestra intención es que sea un comedor de referencia para todo el municipio de Getafe».