Scholas reúne a los profesores universitarios para reflexionar sobre los retos de la educación ante el COVID-19

Primero fue un ciberencuentro de estudiantes para seguir difundiendo la cultura del encuentro a pesar del distanciamiento social provocado por el coronavirus. Y ahora, este martes por la tarde, Scholas Occurrente ha reunido a un nutrido grupo de profesores e investigadores universitarios para reflexionar sobre los retos a los que se enfrente la educación global frente a la emergencia sanitaria ocasionada por el COVID-19.

«Muchos países, profesores, alumnos, universidades, han tenido que recurrir e implementar de golpe la enseñanza online. El esfuerzo ha sido muy grande por parte de muchas personas que no estaban acostumbradas a esta dinámica de trabajo. No solo se trata de manejar unas u otras herramientas, sino que es toda una escenografía diferente», explica José Fernando Calderero, uno de los profesores universitarios españoles, docente de la Facultad de Educación de la UNIR [la Universidad en internet], que ha sido invitado por la fundación pontificia a participar en el encuentro.

Además de Calderero, en el ciberencuentro han participado otros 300 profesores de 21 países de los cinco continentes. «Primero hemos tenido dos ponencias introductorias en las que se nos han lanzado unas preguntas para la reflexión y luego nos hemos dividido en grupos más pequeños para tratar de dar respuesta a las cuestiones referidas», explica.

A continuación, se han puesto en común las reflexiones de todos los grupos. De entre todas ellas, José Fernando Calderero subraya que «la tecnología ha llegado para quedarse porque muchas personas han descubierto la enseñanza online; que este tipo de enseñanza puede ayudar a las personas con pocos recursos; y que se trata de una enseñanza menos unidireccional —donde el profesor dicta y los alumnos copian—, sino más interactiva y participativa».

Realidad nacional

Más allá del encuentro, el profesor Calderero cree que en la respuesta que la comunidad educativa nacional ha dado al confinamiento y al cierre de centros «destacan, principalmente los conceptos de generosidad y entrega a los alumnos. Han tratado, con muy buena voluntad pero con poca experiencia, de minimizar al máximo el impacto de la pandemia en el desarrollo educativo de los alumnos. Aunque algunos se han pasado de frenada y han mandado demasiado volumen de trabajo a los estudiantes y en eso no consiste el aprendizaje y la educación», ha concluido.