«No puede ocurrir que las víctimas nos sintamos tratadas como una amenaza» - Alfa y Omega

«No puede ocurrir que las víctimas nos sintamos tratadas como una amenaza»

Una víctima de abusos pidió a los participantes en el Curso de Protección de Menores (ITVR) que cuiden y escuchen a los que han sufrido abusos, que se formen para «cambiar lo injusto» y apuesten por la verdad y la transparencia

Fran Otero
Foto: ITVR.

Los participantes en el Curso de Protección de Menores que organiza el Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR) pudieron, en la cuarta sesión presencial celebrada el pasado sábado, encontrarse con una víctima de abusos. Una mujer que, ya en edad adulta, fue violentada por un sacerdote que la acompañaba espiritualmente.

«El silencio y el respeto cortaba la sala. El testimonio desgarrador de esta mujer expresó con lucidez cómo en edad adulta, “con toda delicadeza, el sacerdote-acompañante espiritual, se saltó todas las líneas rojas que exige la relación asimétrica del acompañamiento. Y todo en nombre de Dios”», se puede leer en el relato compartido por el ITVR a través de un comunicado.

Su dolor no se quedó ahí, pues cuando fue a denunciarlo ante la institución no recibió la respuesta que esperaba y por ello afirma que «no puede ocurrir que las víctimas nos sintamos tratadas como una amenaza, porque eso nos revictimiza». Se sentía impotente ante un gigante institucional. Y añadió: «No es la institución la que le hace un favor a la víctima al pagarle una terapia, sino que es la víctima la que hace un favor a la institución al descubrirle a un abusador».

Su intervención concluyó con tres peticiones a la Iglesia. Reclamó, primeramente, que se cuide a las víctimas: «Escuchadlas, miradlas a la cara sin juzgarlas, tomad partido por ellas de verdad, haced justicia verdadera a los agresores tomando medidas verdaderamente significativas y contundentes». En segundo lugar, que apuesten por la formación: «Conocedlo todo para cambiar lo que es injusto; legislad desde las víctimas y no desde los agresores». Y, por último, verdad y transparencia: «Evitar el escándalo no protege a la Iglesia; el verdadero escándalo es proteger a los victimarios».

Procesos penales canónicos

Durante la jornada de trabajo también intervino el profesor Manuel Arroba, juez de la Rota de la Nunciatura en España, consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe y decano del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II, que abordó los procesos penales canónicos sobre los casos de abusos sexuales. Recordó las tres finalidades del proceso —la enmienda del reo, la reparación del daño y el escándalo y el restablecimiento de la justicias—, así como los pasos a seguir —fase previa (denuncia e investigación), fase de desarrollo (pruebas y certeza moral sobre los hechos imputados) y la fase conclusiva (la medida penal, las impugnaciones y la participación de la víctima en el proceso)—. «Hay que partir de la presunción de inocencia y de la presunción de veracidad ante quien denuncia hechos tan graves», dijo.

Acompañamiento

La última ponencia de la jornada corrió a cargo de Covadonga Orejas, del equipo Ruaj, sobre el acompañamiento, algo que considera esencial en estos casos. «Protección sin acompañamiento es trabajo inútil», afirmó. Explicó cómo debe situarse el acompañante, así como los errores más comunes a la hora de iniciar el acompañamiento.

Según Carlos Martínez Oliveras, director del ITVR, cada uno de los participantes en el curso debe ser «reparador de brechas, restaurador de casas en ruinas», también «artesanos para restaurar pieza a pieza un Cristo roto en mil añicos». Y recordó la «penosa actualidad» de los casos de abusos con los casos de Jean Vanier, las menores de Mallorca…