José Cobo: «El SARCU está en la vanguardia de la misión» - Alfa y Omega

José Cobo: «El SARCU está en la vanguardia de la misión»

El obispo auxiliar de Madrid presidió el sábado la segunda jornada de formación del Servicio de Asistencia Religiosa Católica de Urgencia (SARCU) de la archidiócesis. El día después, la participación de los laicos, y fenómenos como la soledad y el suicidio son las principales claves de su trabajo

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Segunda jornada de formación del SARCU de la archidiócesis
Segunda jornada de formación del SARCU de la archidiócesis.

Sacerdotes, laicos y religiosos participaron el sábado en la segunda jornada de formación del Servicio de Asistencia Religiosa Católica de Urgencia (SARCU), en la que se debatieron las vías para integrar este servicio en la vida cotidiana de las parroquias y comunidades de Madrid, además de abordar cómo ha de ser la continuidad de su misión.

En la jornada intervinieron Pablo Genovés, coordinador del SARCU, que trató el Planteamiento pastoral y los caminos prácticos para el día después, y el sacerdote Javier Martín Langa, que habló de Integrar el SARCU en el ser y el hacer de la comunidad parroquial. Además, el obispo auxiliar José Cobo enmarcó la actividad de este servicio dentro del Plan Diocesano Misionero en el que se ha embarcado la diócesis de Madrid, y resaltó cómo «la experiencia del SARCU está en la vanguardia de la misión». Para Cobo, los sacerdotes, laicos y religiosos que hacen guardia cada noche en el 913 717 717 «son misioneros que habitan con su presencia las noches de Madrid, las noches de la soledad, la depresión y de tantos lugares que reclaman la presencia de la esperanza de Dios».

Por su parte, Bienvenido Nieto, director de este servicio, señala a Alfa y Omega que «en esta jornada hemos querido tratar el abordaje del día después de cada llamada. Por ejemplo, si llama alguien que solicita la Unción de enfermos, ¿qué hacemos después? ¿Dejamos la cosa ahí? Todos estamos de acuerdo en que debe haber un seguimiento, y hemos establecido un protocolo para poner en contacto a la persona que llama, o a su familia, con su parroquia».

El papel de los laicos

Otro aspecto que se abordó durante la jornada fue el papel de los laicos. «Es una labor muy importante —dice Nieto—. El laico puede y debe involucrarse en el SARCU del mismo modo que lo hace en las actividades de su parroquia, en Cáritas o en la pastoral de la salud. Solo gracias a ellos se hará posible una continuidad en la atención a la persona que llama. Tenemos que ver la labor del SARCU como un servicio de toda la comunidad hacia estas personas, y gracias a los laicos podrá ir mucho más allá de la primera llamada».

Además, «casi todos los sacerdotes cuentan cada noche con un acompañante laico, y eso es para ambos un enriquecimiento mutuo. Y las familias lo agradecen mucho también, porque a veces se dan momentos muy emotivos, sobre todo cuando los familiares tienen que despedir a alguien cercano, y a ellos les ayuda mucho tener cerca no solamente al sacerdote, sino al laico que le acompaña».

Sin embargo, la pastoral del SARCU no se centra solo en administrar la Unción de enfermos a altas horas de la madrugada. A los miembros del SARCU les preocupa mucho el abordaje de situaciones comprometidas, como las llamadas de personas que manifiestan su intención de suicidarse. «Es algo bastante habitual —reconoce Bienvenido Nieto—. Los responsables del SAMUR nos dicen que los fallecidos por suicidio en Madrid cada año son casi el doble que las víctimas de accidentes de tráfico. La gente llama por situaciones desesperadas, y nosotros tenemos que saber bien cómo ayudar y actuar».

Junto a las ideas suicidas, otro fenómeno grave que palpan a diario los miembros del SARCU es el de la soledad: «Hay muchas personas que no tienen ningún contacto con nadie. A lo mejor hablan con alguien en Misa en la parroquia o por la calle un día…, y nada más. Y no pasa solo con personas mayores; entre nosotros también viven muchos jóvenes aislados. Hay un soledad tremenda, reflejo de la sociedad en la que vivimos».