Asia Bibi a Alfa y Omega: «Lo que me ocurrió fue una prueba. La superé porque Dios me dio fuerzas»
Alfa y Omega ha entrevistado a Asia Bibi durante su visita de una semana a París. El viernes se reunió con el presidente Emmanuel Macron, y ha anunciado su deseo de solicitar asilo en el país galo
Francia podrÍa ser el próximo destino de Asia Bibi, la mujer pakistaní que pasó ocho años en el corredor de la muerte tras ser condenada por blasfemia. Su intención de solicitar asilo para ella y su familia en el país galo se ha convertido en el centro de su visita de una semana a París, y también del encuentro que mantuvo este viernes con el presidente Emmanuel Macron, que la recibió en el Palacio del Elíseo.
Durante esta visita, Alfa y Omega ha tenido ocasión de entrevistar a Asia, que fue condenada a muerte en 2010 después de que unas vecinas con las que estaba trabajando en el campo la acusaran de contaminar un vaso al beber de él siendo cristiana, y de insultar al profeta Mahoma. Junto a la periodista Anne-Isabelle Tollet, ahora ha hecho público su segundo libro contando su historia. Se titula ¡Por fin libre!, es continuación de ¡Sacadme de aquí!, y en España lo edita Homo Legens.
El dolor de estar lejos de sus hijas
En él narra, entre otras cosas, las distintas etapas de su encarcelamiento, en las que períodos de aislamiento por razones de seguridad (existía el riesgo de que fuera asesinada extrajudicialmente antes de su ejecución) se entremezclaban con otros en régimen normal. Durante gran parte del tiempo, sufrió palizas y abusos por parte de los guardias de la cárcel y de compañeras de prisión.
«Creo que todo lo que me ha ocurrido fue una prueba. Además, fue muy doloroso estar lejos de mis hijas. Pero creo que la superé, porque permanecí firme en mi fe. Dios me dio fuerzas», ha asegurado Bibi durante su entrevista con Alfa y Omega. El contenido íntegro de la misma se publicará el jueves que viene en la edición impresa del semanario.
«Emocionada» por el «afecto» recibido
La conversación tuvo lugar menos de una hora antes de que la cristiana pakistaní fuera recibida por Macron. En una comparecencia pública después de su audiencia con Macron, Asia aseguró que el presidente la había «invitado a vivir aquí, y me siento muy honrada».
Poco más de un año después de que el Tribunal Supremo de Pakistán ratificara su absolución, Asia y su familia están haciendo planes para el futuro. Era imposible que permanecieran en Pakistán, pues grupos islamistas paralizaron el país al conocerse en octubre de 2018 la sentencia absolutoria, y amenazaran con asesinarla en cuanto dejara la cárcel. Canadá, donde toda la familia consiguió reunirse en mayo del año pasado, le había ofrecido la posibilidad de quedarse en el país solamente durante un año. Y este concluirá en breve. Por eso, a su llegada el lunes a París, Asia Bibi anunció su deseo de solicitar asilo en Francia.
En torno a esta cuestión giró el viernes la reunión con el presidente, que se mostró abierto a la posibilidad. «Estoy totalmente emocionada —añadió—, totalmente feliz de haberme encontrado con él. Nunca habría imaginado que un día llegaría a recibir tanto afecto, y una acogida y un calor semejantes. Tengo la impresión de estar en casa». Preguntados a este respecto, funcionarios del Ejecutivo han asegurado que la familia es libre de vivir en el país, pero han recordado que para ello deben seguir los cauces correspondientes.
«Necesito tiempo para pensarlo»
Sin embargo, todavía no se sabe con certeza si la familia de Asia Noreen (su verdadero nombre, antes de haber tenido que cambiárselo en Canadá por razones de seguridad) ha dado el paso de presentar las solicitudes formales para ella, su marido, Ashiq y sus hijas Eisha y Eisham, de 21 y 20 años respectivamente, ante la Oficina Francesa de Protección a Refugiados y Apátridas (OFPRA, por sus siglas en francés). Es esta agencia, independiente del Gobierno, la que analiza las solicitudes de asilo.
«Nos han ofrecido esa posibilidad. Pero necesito algo más de tiempo para pensarlo —explicaba Asia, que en pocos meses cumplirá 50 años en una rueda de prensa después de la audiencia—. De momento necesito concentrarme en mi salud, porque sigo indispuesta; en mi familia y en la educación de mis hijas».
Durante la conversación con Alfa y Omega, Asia sí ha compartido su «deseo de encontrar[se] algún día con el Papa. Y estoy bastante segura de que lo haré. Recibí mucho apoyo del Papa Francisco y del Papa Benedicto. Me emocionó saber que rezaban por mí».