Papá, apunta a tu hijo a Reli
Desde esta semana y hasta mediados del mes de junio, todas las Comunidades Autónomas pedirán a los padres que especifiquen en los centros escolares si quieren que sus hijos asistan a clase de Religión el curso próximo. Por eso, las diócesis españolas están recordando a las familias que tienen derecho a reclamar esta enseñanza para sus hijos
A partir de esta semana y hasta mediados del mes de junio, las diferentes Consejerías de Educación de todas las Comunidades Autónomas van a pedir a los padres que especifiquen si quieren que sus hijos reciban o no la asignatura de Religión durante el próximo curso 2015/2016. La casuística es variada, y así, algunas Comunidades como Andalucía, País Vasco o Aragón exigen la confirmación explícita de los padres, y otras como Madrid o La Rioja permiten que sean los centros los que opten por una renovación automática en el caso de los alumnos que ya están matriculados. Por eso, todas las diócesis están poniendo en marcha diferentes campañas e iniciativas que buscan un mismo objetivo: recordar a los padres que es ahora cuando tienen que hacer valer su derecho a que sus hijos reciban la enseñanza religiosa que se ajuste a sus convicciones.
Un esfuerzo conjunto y mediático
Este esfuerzo común de la Iglesia responde a una petición que expresaron, el pasado mes de febrero, todos los Delegados de Enseñanza de las diferentes diócesis, durante una reunión a puerta cerrada convocada por la Comisión de Enseñanza de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Como ya informó entonces Alfa y Omega, los responsables diocesanos de Educación denunciaban el «caos total» en que se encuentra la asignatura de Religión a causa de las enormes diferencias autonómicas, y pedían elaborar un frente común entre padres, profesores, alumnos y obispos, y una serie de campañas de comunicación «serias y profesionales» que pongan en valor la riqueza de esta asignatura, tan maltratada en determinados ambientes políticos y mediáticos.
Censura contra la cultura
Porque como explica el Secretario de la Comisión episcopal de Enseñanza de la CEE, José Miguel García Pérez, «estamos asistiendo a una serie de campañas en contra de la clase de Religión, con las que se está imponiendo una censura educativa que impide a los niños conocer la tradición de la civilización europea, y que va a generar en ellos unas enormes carencias culturales». García Pérez recuerda que «los profesores, y no sólo los de Religión, se quejan de que en los últimos años están desapareciendo de las aulas la cultura clásica y las Humanidades», y eso «es un error que va a tener consecuencias sociales muy graves». A no ser que «se quiera liquidar la cultura europea; entonces sí, entonces liquídensen las Humanidades y aquellas asignaturas que, como Religión católica, enseñen los fundamentos judeocristianos de Europa, base de los valores occidentales».
Crecer por dentro y por fuera
Una de las primeras diócesis en ponerse en marcha ha sido Tarazona, con sus campañas Apunta a tus hijos a la clase de Religión y Queremos que te conozcan. Como explica don Jesús Oloriz, su Delegado de Enseñanza, «con folletos, carteles, cartas de los profesores a las familias y una carta del obispo –monseñor Eusebio Hernández– que se leerá en todas las parroquias, queremos llegar a las familias para explicarles que la asignatura de Religión favorece el crecimiento integral del niño y su dimensión trascendente, y ayuda a crecer por dentro y por fuera». Además, Oloriz destaca que, en esta clase, «los profesores tienen un trato muy estrecho y afectivo con los alumnos y las familias, porque basan su trabajo no sólo en conocimientos teóricos, sino también en su vivencia de los valores evangélicos, y eso permite dar esa educación personalizada de la que tanto se habla».
En las diócesis de Huesca y de Jaca ha sido su obispo, monseñor Julián Ruiz, quien ha escrito una Carta con 12 argumentos para matricular a los hijos en Religión, y la archidiócesis de Valencia ha puesto en marcha la campaña Aprende a enfocar, para, de modo muy visual, explicar y recordar a los padres por qué la clase de Religión ayuda, entre otras cosas, a entender la Historia, a descubrir el valor de la vida y a admirar el arte.