¡Vuestras felicitaciones de Navidad ya vuelan de camino a la frontera entre Estados Unidos y México! Una parte de las cartas que nos han llegado nos ha gustado especialmente. Vienen de un colegio, el Corazón Inmaculado de Madrid, donde los alumnos han conocido la historia de los niños migrantes de una forma muy especial. El verano pasado, Agustín, un profesor del centro, y su novia, Mary Carmen, pasaron un mes haciendo voluntariado en esa misma frontera, aunque en su caso fue en McAllen (Estados Unidos).
Él quería compartir su historia con los alumnos, y estaba preparando una convivencia para trabajar este tema. «Entonces, una compañera me dijo que este año la campaña del Pequealfa era justo para niños que cruzaban esa frontera. Me alegré muchísimo, porque sabía que era muy necesario» mandarles cariño.
Agustín y Mary Carmen estuvieron un mes en McAllen, en uno de los centros más grandes de acogida a inmigrantes en la zona. Algunos días, llegaban 1.000 personas, sobre todo padres con hijos. Ellos ayudaban en todo lo que hiciera falta pero, como son profesores, se dedicaban sobre todo a entretener a los niños.
«Los más pequeños te decían que no les había gustado nada el viaje porque habían comido muy mal –cuentan–. Los mayores se habían enterado más de las cosas: habían estado hasta tres días sin comer, otros pasaron días encerrados en una habitación o en camiones; les habían robado, habían caminado muchas horas bajo el sol, pasado noches en el desierto…». Al cruzar la frontera, antes de poder pedir refugio en Estados Unidos pasaban un tiempo en centros de detención. En esa época, todavía se separaba a los niños mayores de 8 años de sus padres. «Nos contaban que los habían tratado como animales: la luz estaba siempre encendida y no sabían si era de día o de noche, les hablaban en inglés aunque no lo entendieran, a algunos les quitaron la ropa y les dieron un chándal gris que les estaba grande…».
«Dejar tu país no es fácil»
Después de contar todo esto, Agustín animó a algunos alumnos, que venían de los mismos países (Honduras, Guatemala, Nicaragua…) a contar su historia. «Quería que sus compañeros, que a veces no entienden su situación y los excluyen de sus círculos de amigos, comprendieran que dejar tu país no es nada fácil». Al principio de la actividad, los chavales habían estado revoltosos. «Pero al contar lo que vivimos, escuchaban con interés, y algunos se quedaban cabizbajos. También les impresionó que los compañeros de esos países lloraban» al hablar de estos temas.
Por eso, cuando Agustín y los demás profesores les pidieron que expresaran lo que habían aprendido y les invitaron a escribir una carta para enviar, «se implicaron mucho. Había muchos mensajes diciendo que no estaban solos. Otros escribieron canciones de rap o prepararon pequeñas actuaciones. Fue muy emocionante».
«Sabemos que lo estáis pasando mal y que estáis pensando “¿por qué me pasa esto a mí?”. Pero nunca olvides que Dios está contigo y tiene grandes planes para ti y para tu familia, que algún día se harán realidad. Nunca perdáis la fe en Dios. Sabed que en familia todo se soporta mucho mejor porque tienes personas que os apoyan. Si no las tienes contigo, nunca olvides que se preocupan por ti siempre» (María, Angélica, Guillermo y Jeffrey, 12 años, colegio Corazón Inmaculado –Madrid–).
«Desde el fondo de mi corazón os deseo que podáis pasar una feliz Navidad porque es cuando Jesús nace y nos trae la vida feliz y la alegría. Os quería decir que no estáis solos. Hay muchos niños y niñas como yo que os acompañamos y os queremos. Queremos haceros llegar nuestros mejores deseos. Pensad también que van a venir días bonitos para vosotros. En la cunita de Belén con el Niño Jesús nos encontraremos muy unidos» (María del Pilar,16 años, Andújar –Jaén–).
«Estoy en 5º de Primaria. Te deseo que pases unas felices fiestas de Navidad. No sé cómo te llamas pero es igual, te recordamos». «Yo soy la abuela de Carla. Le pido a Jesús que os bendiga y deseo que paséis fiestas de Navidad contentos por su venida a ti y a todos los niños del mundo» (Carla, 10 años, y Carmen; Dos Hermanas, –Sevilla–).
«Me han contado que estás pasando la frontera y qué mejor momento para desearte feliz Navidad. Ojalá que este paso sea un nuevo camino lleno de felicidad y que, aunque tengas momentos difíciles, que tu familia y tú no perdáis la alegría, porque ahora que Jesús nace, lo hará también en tu corazón y vivirá siempre en él. Que siempre te bendiga. Yo desde España rezaré cada día por ti». (Cristina,9 años, colegio Las Tablas-Valverde –Madrid–).