Nueva carta pastoral de Osoro: «Salgamos juntos a la misión, sin sospechas»
El cardenal Osoro presenta una nueva carta pastoral con su programa para los próximos tres años. «Nuestra misión no es de orden político o social, sino religioso», pero por este mismo motivo «surgen tareas que fortalecen la comunidad»
A la misión «no sale uno por su cuenta. Esto es esencial para la misión de la Iglesia hoy. Si uno sale por su cuenta, no hace la misión de Jesucristo. Hemos de salir juntos. No basta rezar en Misa por el obispo o por el Papa si de corazón no estamos juntos saliendo, o si tenemos ciertas reticencias», afirmó el jueves pasado el cardenal Carlos Osoro durante el encuentro de Cáritas Diocesana de Madrid con motivo del inicio del curso pastoral. El arzobispo de Madrid desgranó su carta pastoral para este curso, titulada En la misión: ¿Qué quieres que haga por ti? En el texto, que está disponible en PDF en la web de la archidiócesis y puede encontrarse ya en parroquias y en la sede del Arzobispado (Bailén, 8), el purpurado avanza los contenidos del Plan Diocesano Misionero (PDM) en el que se embarcará la diócesis durante este trienio.
En su carta, propone vivir la misión «en comunión», pues «no es posible la misión y el anuncio si separamos a Cristo de la Iglesia». Un camino por hacer, «siguiendo confiadamente las huellas de su Fundador», quien «nos enseñó a convertir nuestra vida en misión, y la misión en el paradigma de toda la acción evangelizadora». Sin embargo, «la palabrería, el rumor, la sospecha y el prejuicio destruyen la misión y nos incapacitan como discípulos misioneros».
«El informe Foessa no son exageraciones»
Ante los voluntarios y el personal de Cáritas, el cardenal Osoro destacó que el cristiano «tiene que estar en todas las situaciones de los hombres. Todo le importa. No puede decir: “Esto no es para mí”, sobre todo cuando hay un ser humano que lo está pasando mal. Nos tenemos que acercar a todos».
También se refirió el arzobispo a la cultura del descarte y cómo Jesucristo sana las heridas, y afirmó que la misión «no es de orden político o social, sino religioso», pero por este mismo motivo «surgen tareas que fortalecen la comunidad», como las que lleva a cabo Cáritas.
En este sentido, lamentó que en ocasiones «ante los excluidos y descartados nuestra tentación es rodearlos o hacernos los despistados, porque hablar con ellos nos complica la vida». Y también «se dice que situaciones como las que indica el informe Foessa son exageraciones, pero no podemos ocultar lo que nos rodea. No podemos ocultar la realidad porque nuestras ideas no coincidan con lo que sucede. Tenemos que abrirnos y dejarnos cuestionar por las necesidades humanas, para responder a ellas».
Y concluyó afirmando que, «en la misión, el abrazo y la ternura curan», mientras que «los teóricos no hacen nada». Por ello, «los cristianos tenemos que intentar curar», y no de una manera activista, sino desde la oración: «Tenemos que ser misioneros, pero también contemplativos de Quien nos envía».
En este sentido, en su carta pone la mirada en los «caminantes angustiados» y recuerda que Jesucristo «siempre ha aparecido a su lado». No dejar a nadie «apartado», destaca, «es tarea, propósito y compromiso de los discípulos de Jesús», que son de esta forma «encuentro, acompañamiento y fermento», con una mirada de amor «misericordiosa, creativa y de amistad». Porque «no es justo que un ser humano esté al borde del camino», asegura, y porque «en la misión, el abrazo y la ternura curan y atraen».