El 80 % de los cuerpos de inmigrantes ahogados tratando de llegar a España no se recupera
Caminando Fronteras denuncia en su informe anual que de las 1.020 víctimas desaparecidas en el mar cerca de España que la ONG ha contabilizado, solo se rescataron 204 cadáveres
«Nunca vi una noche tan oscura como aquella». Así recuerda F. S., una inmigrante camerunesa, la noche en la que se subió a una zodiac para intentar cruzar el mar rumbo a España. De repente la sencilla embarcación «empezó a perder aire. La noche era tan oscura y hacía tanto frío que no puedo decir cuándo caía la gente al agua. Pedíamos socorro, pero no llegaban. Iban cayendo, y yo pensaba que sería la próxima».
F. S. abrazaba contra ella a su bebé. El bebé que había concebido en una violación en grupo en la frontera entre Mali y Argelia. Un «bebé de frontera» que «me dije que moriría en esa frontera». Afortunadamente para ellos, no fue así. Despertaron en un hospital. «Pero no sabía cuántos habían muerto. Las familias llamaban y nos preguntaban quiénes estábamos vivos y por qué habían muerto. No entendían».
En poco más de un año (2018 y el primer trimestre de 2019), 1.020 personas perdieron la vida intentando entrar en España a través del mar, como los compañeros de F. S. Solo se han recuperado el 20 % de los cadáveres, 204. Los de cuatro de cada cinco, 816, siguen desaparecidos, supuestamente en el fondo del mar.
La necrofrontera
Son los datos que se recogen en el informe anual de la ONG Caminando Fronteras, presentado el martes con el título Vida en la necrofrontera. Su responsable, la activista Helena Maleno, subrayó al presentar el estudio en Madrid que en las estadísticas oficiales de la frontera, como las 57.498 que según el Ministerio del Interior llegaron por mar y las 89.000 que se interceptaron en Marruecos, faltan los datos de los muertos y desaparecidos.
Los datos que recoge Caminando Fronteras se basan en las llamadas que reciben de personas que viajaban en las embarcaciones naufragadas, así como de familiares que temen por el destino final de sus parientes.
Así, según sus estimaciones, en 2018 y los cuatro primeros meses de 2019, se registraron 70 naufragios (46 de ellos en la ruta del Alborán); doce embarcaciones desaparecidas (seis en el Estrecho y seis en el Alborán); y 1.020 víctimas, de las cuales 204 están muertas y 816 desaparecidas. De acuerdo con sus datos, la ruta del mar de Alborán es más trágica, con 823 víctimas (cerca del 80,7 % del total), seguida del Estrecho, con 189.
Se salva a los europeos
Con este escenario, Caminando Fronteras denuncia la existencia de una «necropolítica», es decir, el crecimiento de políticas migratorias para «generar la muerte», con decisiones de carácter militar en algunos Estados, rutas migratorias más peligrosas por el control policial, industrias «criminales» que aumentan su negocio abriendo nuevas rutas y empresas de control de fronteras que aumentan su presencia en caminos migratorios, entre otras cuestiones.
Maleno denunció especialmente la «contratación de terceros países para el control de fronteras», un recurso que se ha convertido en «la base de las relaciones exteriores de la UE». En cuanto a la política española, criticó con dureza los cambios «racistas» realizados en el funcionamiento interno de Salvamento Marítimo, según los cuales se rescata a las víctimas europeas, pero no a las africanas. Rescates que, además, con frecuencia se realizan sin radares, pues los que se rompen no se reponen.
Caminando Fronteras denuncia también la falta de medios, que hace que no siempre se dé atención sanitaria a los rescatados. En el marco de la política de lucha contra las mafias, a las fuerzas de seguridad les interesa más saber quién era el patrón, y para averiguarlo no se preocupan de salvaguardar antes el bienestar del migrante. Además, al entrevistar a las mujeres sobre la violencia que han sufrido, luego no se trabaja con psicólogos que puedan ayudarlas con el trauma.
Cómo hace el duelo una viuda que no lo es
En cuanto a los muertos, Caminando Fronteras indica que, aunque algunos cuerpos son identificados, muchos «se han quedado en las morgues de Argelia, Marruecos o España», o «enterrados en tumbas sin nombre». «Las familias destacan la falta de información oficial en estas tragedias», apunta el informe.
«Hasta que no llaman los supervivientes, no saben quiénes son los muertos», ha aseverado Maleno en una entrevista a RNE, al tiempo que ha preguntado «cómo hace el duelo un huérfano que no lo es nunca o una viuda que tampoco lo es». «El impacto de las familias es terrible», ha apostillado esta defensora de los derechos de las personas migrantes, sobre la que pesó hasta hace tres meses una causa penal ya archivada en Marruecos, que llevaba aparejada la petición de cadena perpetua.
Solo un día después de la presentación del informe de Caminando Fronteras, la Organización Internacional para las Migraciones, vinculada a la ONU, anunció que desde 2016 han rescatado a 20.000 personas en dificultades mientras trataban de cruzar el desierto del Sahara. En el último grupo, rescatado el 15 de junio, había 406 personas, entre ellas siete mujeres y cuatro niños.
Ambos informes han coincidido con la publicación de la foto de un padre y su hija ahogados en el Río Bravo, en la frontera entre Estados Unidos y México, y con la decisión de la ONG española Proactiva Open Arms de retomar los rescates de inmigrantes en el Mediterráneo central a pesar de la política de puertos cerrados de Italia.
Su fundador, Óscar Camps, lo anunció en la red social Twitter, en un mensaje ilustrado con dicha imagen. «Esta foto me ha dolido más que la de (niño sirio) Aylan. 6 meses bloqueados. No aguantamos más. Levamos anclas y nos vamos. Antes presos que cómplices. #NiUnaMas», tuiteó Camps.
El barco de la organización humanitaria se encontraba en el puerto de Nápoles (sur de Italia) para mostrar su interior a los ciudadanos y explicar sus tareas y ahora se implicará en los rescates y serán la única nave en aguas del Mediterráneo central.
Las autoridades españolas impidieron al Open Arms participar en rescates en el Mediterráneo, y tras cien días bloqueado en el puerto de Barcelona permitieron que zarpara el pasado abril para llevar ayuda humanitaria al Egeo pero sin participar en salvamentos.
Por otro lado, la Justicia italiana, en concreto la Fiscalía de Ragusa (sur), mantiene abierta una investigación contra dos miembros de la ONG española Open Arms: la jefa de misión, Anabel Montes, y el capitán, Marc Reig, acusados de favorecer la inmigración ilegal con sus rescates frente a las costas de Libia.
Agencias / Redacción