El nuncio en Nicaragua afirma que la marcha de Báez es «una decisión personal del Papa» - Alfa y Omega

El nuncio en Nicaragua afirma que la marcha de Báez es «una decisión personal del Papa»

El obispo auxiliar de Managua partió este martes hacia el Vaticano donde, dijo, va a dar su versión a Francisco de la situación de su país

EFE
Foto: Reuters / Oswaldo Rivas.

El nuncio apostólico en Nicaragua, Waldemar Stanislaw Sommertag, afirmó este miércoles el traslado a Roma del obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, en medio de la crisis que vive este país centroamericano desde hace un año, es una decisión exclusiva del Papa Francisco.

En declaraciones a los medios de comunicación, explicó que el Papa tiene informaciones acerca de los obispos no solo de la Nunciatura Apostólica, sino también del cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes, de los demás obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y de los obispos de América Central. «Es una decisión personal (del Pontífice) que yo desconozco razones», sostuvo.

Báez, un férreo crítico del Gobierno del presidente Daniel Ortega, partió este martes hacia el Vaticano para cumplir con la llamada del Papa, a quien, aseveró, dará su versión sobre la peor crisis sociopolítica de Nicaragua en décadas.

«Llevo a mi pueblo en el corazón, me duele irme, pero como hombre de iglesia, y como hombre de fe, quiero seguir los caminos de Dios a través de la mediación del Papa Francisco», dijo Báez en el aeropuerto antes de partir.

El traslado hacia el Vaticano de Báez, quien recientemente confirmó que fue objeto de un plan para asesinarlo, ha sido interpretado por la oposición como un «exilio forzado».

En su misión de diez años en Nicaragua, Báez pasó de ser un desconocido a uno de los personajes más influyentes, tanto por sus críticas al presidente Ortega como por arriesgar su vida en 2018 para salvar la de cientos de personas que lo llamaban a interceder ante la Policía para evitar ataques armados contra manifestantes.

Fue uno de los mediadores del frustrado diálogo nacional que se desarrolló entre mayo y julio de 2018 para superar la crisis y estuvo entre los religiosos heridos durante un ataque de grupos de choque gubernamentales a un templo católico, tras lo cual Ortega acusó a «algunos obispos» de apoyar un supuesto «golpe de Estado fallido».

El obispo, a quien el presidente nicaragüense tildó en una ocasión de «bravucón», ha sostenido que el Gobierno es el principal responsable de la crisis humanitaria que afronta Nicaragua como producto de la represión.

Nicaragua atraviesa una grave crisis que ha dejado 325 muertos desde abril de 2018, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque algunos grupos elevan a 568 las víctimas mortales, mientras que el Ejecutivo solo reconoce 199 y denuncia un intento de golpe de Estado.