Francisco besa los pies de los líderes de Sudán del Sur: «nunca me cansaré de repetir que la paz es posible»
El gesto, uno de los más impactantes de su pontificado, se produjo al concluir su discurso, en el que instó a las autoridades del país a «buscar lo que les une y superar todo lo que les divide. La gente está cansada y agotada por las guerras pasadas»
El Papa está dispuesto a todo para tratar de lograr la paz en Sudán del Sur, desde invitar a las autoridades del país a un retiro espiritual al Vaticano —celebrado el 10 y 11 de abril para «tomar conciencia de la enorme corresponsabilidad por el presente y el futuro del pueblo de Sudán del Sur»— hasta arrodillarse delante de los líderes a sus 85 años y besarles los pies. El gesto, uno de los más impactantes de su pontificado, se produjo al concluir su discurso, en el que aseguró que «nunca me cansaré de repetir que la paz es posible».
En su alocución, Francisco que instó a los líderes sursudaneses a «buscar lo que les une, a partir de la pertenencia al mismo pueblo, y superar todo lo que les divide. La gente está cansada y agotada por las guerras pasadas: ¡recuerden que con la guerra se pierde todo! Su gente hoy anhela un futuro mejor», lo que pasa según el Pontífice «a través del diálogo, la negociación y el perdón».
El Santo Padre comenzó su discurso aludiendo a los deseos de paz que el Señor expresó a sus discípulos inmediatamente después de la resurrección. De igual modo, «yo os dirijo el mismo saludo» para que estas palabras «resuenen en el cenáculo de esta casa como las del Maestro, para que todos puedan recibir nuevas fuerzas para llevar adelante el progreso deseado de su joven nación» y sea posible «encender una nueva luz de esperanza para todo el pueblo de Sudán del Sur».
Para Bergoglio, la paz es el primer regalo que el Señor nos ha dado y es también «la primera tarea que los líderes de las Naciones deben realizar. Es la condición fundamental para el respeto de los derechos de cada hombre y para el desarrollo integral de todo el pueblo».
Por último, el Santo Padre aseguró que sus pensamientos «se dirigen principalmente a las personas que han perdido a sus seres queridos y sus hogares, a las familias que se han separado y nunca se han vuelto a encontrar, a todos los niños y ancianos, a las mujeres y hombres que sufren terriblemente debido a conflictos y la violencia que siembra muerte, hambre, dolor y lágrimas». Todos ellos esperan el regreso de las autoridades a la patria para trabajar por «la reconciliación de todos sus miembros y una nueva era de paz y prosperidad para todos».
El Papa concluyó sus palabras confirmando su disposición «de poder ir pronto a su amada nación».