¿Te importaría prestarnos tres espermatozoides? Ésta es la premisa y el enganche inicial de esta comedia en tres actos, de tres espermatozoides, y de tres mujeres, que necesitan tres vidas nuevas que buscan de UN solo hombre ideal.
Al hablar de una comedia siempre corres el riesgo de ser más benevolente. La risa, contenida o no, sirve de exorcismo necesario de algunas de las pegas que pueda tener una obra, y diluye las sombras como un azucarillo en el agua. Pero si además tiene un mensaje claro que esconde palabras importantes y duras como soledad, desapego, traiciones, familia, amistad, envidias, frustraciones, etc. el resultado es más complejo, pero más interesante.
Merece resaltarse la amplitud y profundidad del tema de fondo en la obra, la búsqueda de trascendencia a una vida llena de excesos y superficialidades, revestida en una trama simple: Tres amigas de la infancia, Carlota, Ángela y Rocío (Nerea Garmendia, María Ayuso y Vanesa Romero), quedan después de 15 años sin verse y descubren que quieren quedarse embarazadas para aliviar su soledad. Aparecerá en la acción el donante Alfonso Montón, el hombre ideal, que determinará el desenlace…
Aún con formas de entender y enfrentarse a la vida y a las relaciones, independientes, aceleradas, y muy acordes con el ritmo desenfadado de vida contemporánea, aparecen a la postre tópicos latentes sobre el hombre y la mujer, y su papel en la sociedad y en la familia, que reflejan esa necesidad de trascendencia y de búsqueda de valores firmes que servirán de nexo de unión y de esperanza. Son tres amigas reencontradas de nuevo, desubicadas y con vidas muy dispares en logros y éxitos, pero muy similares en inquietudes y necesidades.
Las tres actrices están muy correctas y divertidas, y transmiten con soltura y decisión un texto ligero y entretenido que salta, con brillo, de una situación previsible a otra. Entre ellas, al final se genera esa complicidad necesaria para darle solidez y credibilidad al conjunto. El actor, sin embargo, peca quizá de inexpresividad vocal, no despunta en la acción —no sólo porque no deba— con movimientos poco fluidos, y desluce en parte al terno principal. El movimiento en escena es claro y muy dinámico, aunque a veces con evoluciones en escena un tanto compulsivas y exageradas. La escenografía es útil y eficiente, sin elementos superfluos y con guiños electrónicos que facilitan la comprensión, y una dirección a cargo de Eneas Martínez, inteligente y fresca que redondea una obra con clara intención de entretener. En definitiva, cumple perfectamente con lo esperado en una tarde de teatro desenfadado y casual.
★★★☆☆
Calle del Pez, 10
Tribunal, Noviciado, Callao
ESPECTÁCULO FINALIZADO