La fuente de la gracia
La oferta cultural de Madrid es enorme. Es difícil estar al día, siempre hay algo novedoso y mucha competencia. Por eso exposiciones pequeñas pasan desapercibidas y solo los muy interesados toman conciencia de estas muestras que pueden ser un tesoro. Este es el caso del cuadro del círculo de Van Eyck La fuente de la gracia.
La obra procede del monasterio del El Parral. En 1836, con la desamortización, fue extraída de la pared de la sacristía del monasterio y llevada al Museo de la Trinidad y, más tarde, tras su disolución, pasó al Museo del Prado, donde se expone de nuevo tras una profunda restauración. José Juan Pérez Preciado, experto en pintura flamenca, ha revisando su autoría, lugar de producción, influencias e interpretación. Ha contado con la colaboración de Manuel Parada López de Corselas, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y de Jesús Folgado García, de la Universidad Eclesiástica San Dámaso. Revisando su iconografía, han encontrado datos relacionados con el Concilio de Basilea del año 1434.
A mediados del siglo XIX este cuadro era admirado no solo por los españoles sino también por expertos alemanes y franceses; dada su complejidad, inducía a variadas explicaciones Algunos de los aspectos de la obra eran muy claros, como las relaciones con obras anteriores de Van Eyck, o la alusión los judíos como desconocedores de la verdadera fe. Esta última investigación aporta datos novedosos, y relaciona algunas escenas con los escritos de un arzobispo español Alonso de Cartagena y la preocupación del rey Juan II por la situación de los judíos en Castilla en el siglo XV. Alonso de Cartagena era un judío que se convirtió al cristianismo junto con su padre y su hermano. Fue deán de Santiago de Compostela, de Segovia, y miembro del Consejo de Castilla y arzobispo de Burgos. Participó activamente en el Concilio de Basilea, escribió obras jurídicas, filosóficas… Una de las más importantes es el llamado Defesnsorium fidei, donde expone la necesidad de acabar con las herejías en el seno de la Iglesia católica, que son las que la dañan, y acercar a los judíos a la verdadera fe, pues son los más próximos al mensaje cristiano. Nuevos datos que hacen que volver a contemplar esta obra es sea hoy enriquecedor.