Queridos diocesanos:
Todos los Obispos de España van a peregrinar a Ávila el próximo viernes 24 de abril. Quieren ganar, como muchos fieles, el Jubileo que nos ha concedido el Santo Padre, visitando los lugares teresianos de nuestra ciudad. Por eso, se clausurará aquí la centésima quinta asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal. Os escribo esta carta para informaros de esta buena noticia y para pediros que recéis por nosotros. Los pastores necesitamos la oración de nuestro pueblo, que nos sostiene en las dificultades y nos alienta en la gozosa tarea de anunciar el Evangelio.
Para considerar la importancia de esta peregrinación, conviene recordar que sólo se había reunido una vez en Ávila la Conferencia Episcopal. Fue durante la visita de san Juan Pablo II a Ávila, con ocasión del IV centenario de la muerte de Santa Teresa, el primero de noviembre de 1982. Por lo tanto, la visita de la próxima semana, además de ser un acto eclesial de primer orden, supone un acontecimiento histórico.
La Conferencia Episcopal, en su Plan de Pastoral 2011-2015 había establecido como acción pastoral prioritaria «promover la pastoral de la santidad con ocasión del nacimiento de santa Teresa de Jesús (…) El quinto centenario de santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia, puede ser ocasión propicia para renovar nuestro compromiso en favor de una pastoral en la perspectiva de la santidad. Con esta finalidad se promoverán diversas iniciativas destinadas a la celebración de ese centenario y, en concreto, un Año Jubilar Teresiano». Posteriormente, la Conferencia Episcopal decidió efectuar el Jubileo, peregrinando a Ávila.
Comenzaremos la Jornada visitando el Monasterio de la Encarnación y rezando allí la Hora de Tercia. Esa oración estará presidida por Mons. Carlos López, Obispo de Salamanca y nacido en la Diócesis de Ávila. Allí no sólo nos acompañarán las Madres Carmelitas, sino también las personas de vida consagrada en nuestra diócesis. Es una forma de agradecer su consagración religiosa y su colaboración con el ministerio apostólico en este año que está consagrado especialmente a ellos. Después nos desplazaremos al convento de La Santa, donde celebraremos la Eucaristía a las once de la mañana. La presidirá Su Eminencia el Cardenal don Ricardo Blázquez, Presidente de la Conferencia Episcopal y también natural de Ávila. Todos los fieles que queráis participar en esa Eucaristía podéis hacerlo. El acceso a la iglesia de la Santa se permitirá a los fieles hasta las diez y media de la mañana o hasta completar el aforo. Ya por la tarde, los Obispos nos desplazaremos privadamente al Monasterio de san José, para celebrar un acto de adoración, presidido por el Obispo de esta Diócesis.
En el Mensaje que el Santo Padre ha enviado al Obispo de la Diócesis de Ávila el pasado 28 de marzo, día del nacimiento de Santa Teresa, aseguraba: «Hoy mi corazón está en Ávila, donde hace quinientos años nació Teresa de Jesús… A esta insigne maestra de espirituales, mi predecesor, el beato Pablo VI, tuvo el inédito gesto de conferirle el título de Doctora de la Iglesia. ¡La primera Doctora de la Iglesia! Ella nos muestra al vivo lo secreto de Dios, donde entró por vía de la experiencia, vivida en la santidad de una vida consagrada a la contemplación y, al mismo tiempo, comprometida en la acción, por vía de experiencia simultáneamente sufrida y gozada en la efusión de carismas espirituales extraordinarios» (Hom. 27-9-1970).
Nada de esto ha perdido su vigencia. Contemplación y acción siguen siendo su legado para los cristianos del siglo XXI. Por eso, cuánto me gustaría que pudiéramos hablar con ella, tenerla delante y preguntarle tantas cosas. Siglos después, su testimonio y sus palabras nos alientan a todos a adentrarnos en nuestro castillo interior y a salir fuera, a «hacerse espaldas unos a otros… para ir adelante» (V 7, 22). Sí, entrar en Dios y salir con su amor a servir a los hermanos. A esto «convida el Señor a todos (C 19, 15), sea cual sea nuestra condición y el lugar que ocupemos en la Iglesia» (cf. C 5, 5).
Reitero mi invitación a uniros física o espiritualmente a los Obispos de España. Y os ruego que nos acompañéis con vuestra oración, para que se derrame abundantemente sobre nosotros la gracia de este año jubilar, y así podamos experimentar hoy «al vivo lo secreto de Dios», en la efusión de carismas espirituales extraordinarios, por intercesión de Santa Teresa de Jesús.
Con mi afecto y bendición.