«El examen de conciencia diario nos ayuda a identificar las tentaciones»
El Papa ha retomado las Misas diarias en Santa Marta. En la de hoy, Francisco ha recomendado el examen de conciencia diario para no dejarnos llevar por el instinto como animales. «Cada noche el cristiano debería recapacitar sobre el día que acaba de pasar para ver si ha prevalecido la vanidad y el orgullo o si ha logrado imitar al Hijo de Dios»
Después del parón veraniego, el Papa Francisco ha retomado este lunes las Misas en la capilla de Santa Marta. En la homilía de la de hoy martes, el Pontífice ha comparado el corazón del hombre a un «campo de batalla», donde se enfrentan dos «espíritus» diferentes: uno es el de Dios, que nos lleva «a las buenas obras, a la caridad, a la fraternidad» y el otro es el del mundo, que nos empuja «hacia la vanidad, el orgullo, la suficiencia y el chisme».
El punto de partida de las reflexiones del Santo Padre ha sido la primera lectura, en la que «el apóstol Pablo enseña a los corintios el camino para tener el pensamiento de Cristo», un camino marcado por el abandono al Espíritu Santo. De hecho, es el Espíritu Santo quien nos guía a «conocer a Jesús», a tener sus propios «sentimientos», a comprender el «corazón».
En este sentido, el Papa ha pedido a los fieles luchar «para dejar espacio al Espíritu de Dios» y «para ahuyentar al espíritu del mundo». «Es muy simple: tenemos este gran don, que es el Espíritu de Dios, pero somos frágiles, somos pecadores y también tenemos la tentación del espíritu del mundo. En esta lucha espiritual, en esta guerra del espíritu, debemos ser vencedores como Jesús».
Y para ello, Bergoglio ha recomendado hacer el examen de conciencia y no dejarnos llevar por el instinto como animales. «Cada noche el cristiano debería recapacitar sobre el día que acaba de pasar para ver si ha prevalecido la vanidad y el orgullo o si ha logrado imitar al Hijo de Dios». El «examen de conciencia diario ayuda a identificar las tentaciones».
El silencio frente a la división
También fue relevante la homilía del Papa del lunes, la primera de este nuevo curso. En ella, y sin referirse en ningún momento al caso Viganò, Francisco explicó que «con las personas que buscan solamente el escándalo, que buscan solamente la división», el único camino a seguir es el del «silencio» y la «oración».
La verdad es suave y es silenciosa, concluyó el Pontífice, a la vez que pedía que «el Señor nos de la gracia de discernir cuándo debemos hablar y cuándo debemos callar».