«Como los santos Justo y Pastor, descubramos que el auxilio nos viene del Señor»
«Lo importante en la vida es tener el coraje, ante la invitación realizada por Dios mismo, para ser siempre lámpara encendida en este mundo». Con estas palabras, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ponía como testimonio de vida a los santos Justo y Pastor –mártires ejecutados en el año 304 en Alcalá de Henares–, en una Eucaristía celebrada en la catedral alcalaína la tarde del miércoles. La diócesis, que está conmemorando el 450 aniversario de la reversión de las reliquias de los Santos Niños, organizó la Eucaristía con la llegada de las reliquias a la catedral complutense.
Acompañado por el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Plá; el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán; el obispo emérito de Getafe, Joaquín Mª López de Andújar; el obispo de Málaga, Jesús Catalá, y el obispo auxiliar de Getafe, José Rico Pavés, el arzobispo madrileño alabó en su homilía la figura de los santos Justo y Pastor, quienes «siguen reuniéndonos a los cristianos» y, con su testimonio, «continúan diciéndonos una palabra certera y llena de sabiduría sobre el seguimiento de Jesucristo».
Tras hacer un recorrido por la vida y obra de los santos patrones, el purpurado aseguró que «no importa la edad», puesto que «cada uno, a su edad, tiene la capacidad propia para acoger la llamada de Dios y responder a esa llamada». Hoy, dijo, con los santos Justo y Pastor «damos gracias a Dios con las mismas palabras que Él se ha comunicado a todos nosotros hace unos instantes, como todos nosotros cantábamos en el salmo: “Hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador”». Ellos realizaron ese canto «porque la vida solamente se salva en manos de Dios» y «es el Señor quien nos salva cuando nos asaltan los hombres». Porque «cuando Dios llega a nuestra vida y nos hace vivir en esa valentía, la trampa se rompe, escapamos y descubrimos, como los santos Justo y Pastor, que el auxilio nos viene del Señor».
«Abríos con todas las consecuencias a Dios»
El arzobispo, además, invitó –de manera especial– a los padres, abuelos, familias y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a «abriros con todas las consecuencias a Dios» para «tener una experiencia de fe honda y darles a los niños esa lámpara encendida, convencidos que es lo más importante que se puede entregar al ser humano desde los primeros momentos de la existencia». Así, cuando un niño comienza la vida, cuando un joven inicia la existencia, «propongámosle ideales realizables con la fuerza que viene de Dios», aseveró.
Finalmente, alentó a los fieles a ser «transmisores de la fe». Y serlo, destacó, «no con palabras», sino «con nuestro propio testimonio, nuestra propia vida y entrega», y «con la esperanza que Dios nos otorga y nos da». Esperanza que hizo Jesucristo a todos los hombres: «Él no vino a ser servido, sino a servir; no vino a condenar, sino a salvar». Por tanto, «tened la certeza de que nuestros santos Justo y Pastor hoy interceden por nosotros», concluyó.
Las reliquias de los Santos Niños
Hasta el lunes 19 de marzo, las reliquias recorrerán distintas iglesias de la diócesis. Serán despedidas en la solemnidad de san José con una Eucaristía en el monasterio de las clarisas de San Diego. Al termino de la ceremonia, las reliquias partirán de regreso a la iglesia oscense de San Pedro el Viejo, en Huesca.