Coinciden en la cartelera tres películas que tienen un común denominador: los héroes del silencio, aquellos que lo han dado todo por su patria y a los que ello no les evita vivir siempre en el anonimato. En la primera de ellas, La última bandera, nos situamos en diciembre de 2003, cuando tres veteranos de la guerra de Vietnam, ya talluditos, se reúnen con motivo de la muerte del hijo de un de ellos en la guerra de Irak. Los tres son muy diferentes y su vida ha transcurrido por caminos muy diferentes. Doc (Steve Carell), es un viudo, y es el que acaba de perder a su hijo Larry; Sal (Bryan Cranston) es un solitario vividor y bebedor que regenta un pub en declive, y Mueller (Laurence Fishburne), se ha convertido en un pastor evangélico, muy religioso y felizmente casado. El director Richard Linklater, responsable de la aclamada Boyhood, nos ofrece una curiosa comedia dramática de personajes, en la que va saliendo a flote el sentido profundo de la amistad, así como sentimientos nobles como el anhelo de la justicia y de una vida mejor. Se trata de una cinta de diálogos, de largas secuencias con parlamentos, con elementos de road movie, y en la que prima el lento y progresivo aflorar del alma de los personajes, sus sueños, sus heridas, sus deseos. Como telón de fondo, subyace una mirada muy crítica de la guerra, de los daños permanentes que ocasiona, y del sinsentido de la misma.
En ese mismo sentido, pero con una visión mucho más negativa de las intervenciones norteamericanas por el mundo es Deber cumplido, de Jason Hall, basada en la novela de David Finkel. Adam Schumann, Tausolo Aieti y Billy Waller son tres soldados que vuelven de la guerra de Irak. Han vivido cosas terribles, algunas de las cuales no son para sentirse orgullosos. Vuelven a casa y se dan cuenta –trágicamente–, de que las cosas ya no son como eran cuando se fueron. Ni ellos son los mismos, ni sus mujeres, novias… y hay que reinventar todo de cero. Este es el tema de una película que, sin aportar grandes novedades, tiene un halo de autenticidad que la hace especialmente valiosa e interesante. El acento está en los trastornos psicológicos que deja la guerra, en la necesidad de ser ayudados, y en el gran bien que es una verdadera amistad en esos casos. Los actores Miles Teller, Beulah Koale y Joe Cole, que encarnan a los tres jóvenes, hacen su trabajo con solvencia, acompañados de un eficaz abanico de secundarios, entre los que destacan sus novias o esposas. Precisamente Miles Teller es uno de los protagonistas de la tercera película que traemos hoy a colación, Héroes en el infierno, una cinta de Joseph Kosinski que recrea el heroísmo del Granite Mountain Hotshots, un grupo de bomberos locales de un pueblo de Prescott, Arizona, cuando en junio de 2013, tuvieron que hacer frente a un incendio en los montes de la zona. Le acompañan en el reparto los veteranos Josh Brolin, Jeff Bridges y Jennifer Connelly. La película comienza con el proceso de preparación de un grupo de hombres, capitaneados por el personaje de Josh Brolin, en un interesante camino educativo y humano, para afrontar una circunstancia apocalíptica en la que tendrán que dar lo mejor de sí mismos.