El corto nominado a los Óscar que cuenta cómo un grupo de musulmanes salvaron de la muerte a unos cristianos
Watu Wote: All of Us, patrocinado por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), relata el viaje en autobús de un grupo de musulmanes y cristianos y lo que sucede cuando son atacados por milicianos del grupo terrorista al-Shabaab
En diciembre de 2015 un grupo de personas viajaba en autobús en dirección a Mandera, una pequeña ciudad situada en el noreste de Kenia, en la frontera con Somalia. De pronto, milicianos del grupo terrorista al-Shabaab se subieron al vehículo y quisieron separar a los pasajeros cristianos de los musulmanes para matarlos. Su intención era replicar la masacre perpetrada un año antes cuando los terroristas asesinaron a 28 pasajeros cristianos después de apartarlos de los musulmanes. Sin embargo, en esta ocasión los musulmanes se negaron a obedecer la orden de los asaltantes, salvando así la vida de sus compañeros de viaje cristianos.
Ahora esta historia real se ha convertido en un documental, titulado Watu Wote: All of Us, patrocinado por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) y nominado a los premios Óscar que se entregarán este domingo 4 de marzo.
La idea del filme surgió de un «pequeño artículo de periódico» en el que se relataba el intento de asesinato. Ahí nació esta «historia increíble», que «muestra que la solidaridad entre las personas y la acción de cada uno puede cambiar el curso de la historia», ha explicado a ACN el productor de la película Tobias Rosen. El cortometraje, dirigido por Katja Benrath y cuyo guión es obra de Julia Drache, fue producido en 2016 como trabajo de graduación de la escuela alemana Hamburg Media School.
Contra el clima de desconfianza
Watu Wote: All of Us también trata de hacer frente al clima de desconfianza y temor entre musulmanes y cristianos que intentan fomentar los diferentes grupos yihadistas que operan en África con atentados como el cometido en la universidad católica de Garissa, donde los terroristas buscaban específicamente a estudiantes cristianos y en el que perdieron la vida 150 alumnos.
En este sentido, para el productor es especialmente significativo lo que sucedió después de cinco días de grabación en el desierto de Magadi. «Estuvimos rodando bajo un sol despiadado, sin tiendas de campañas, ni baños y con poco agua. Pensábamos que no íbamos a sobrevivir». Pero al acabar de rodar «los somalíes del equipo rompieron de repente a bailar». Seguidamente «los keniatas se unieron y luego nosotros. Esa escena de cristianos y musulmanes, keniatas y somalíes bailando juntos bajo un sol abrasador me quedará siempre en el recuerdo», asegura Tobias Rosen.
Precisamente, concluyen desde ACN, este «es el mensaje central de la película: existe el sufrimiento, pero también la convicción de que trabajando unidos se puede cambiar la realidad».