Velada de pétalos de rosas en Madrid: «Pídeselo a santa Teresita»
La iglesia de las carmelitas descalzas de la calle General Aranaz 58 acoge este jueves, a las 19 horas, una nueva velada de pétalos de rosas para pedir favores a santa Teresa del Niño Jesús
«Hace un año le pedí una casa ancha y bonita para vivir, y la carta me llegó un año después, justo cuando estaba haciendo la mudanza»: es una de las gracias que ha concedido la intercesión de santa Teresita de Liseux en la última velada de pétalos de rosas celebrada en Madrid el año pasado.
«Siempre sucede así», reconoce Verónica, una madre de familia francesa que lleva doce años organizando estas veladas en Madrid. «Yo hago lo mismo siempre que quiero cambiar de casa. Se lo pido a santa Teresita y ya está, ni busco ni miro nada, y llevo ya tres mudanzas aquí», dice.
En este tipo de veladas de oración, música alabanza y testimonios, los que quieran pueden acercarse a pedir una gracia particular a la santa, sean cosas materiales o no. «El año pasado por cuestiones de trabajo acabé muy cansada. Necesitaba un parón y unas amigas mías me ofrecieron ir a Medjugorje. Yo no podía ir porque estaba trabajando, pero mi jefa me vio tan mal que decidió darme vacaciones justo los días de la peregrinación. Allí recibí de varias maneras el evangelio del Buen Pastor, al Señor como fuente de paz, y volví resucitada y con mucha fuerza para trabajar de nuevo», afirma Verónica, que comenta divertida: «¡Teresita ha trabajado muy fuerte este año!».
La velada consiste en una vigilia de oración que concluye con la posibilidad de escribir una carta con la petición a la santa, que se mete después en un sobre cerrado en el que se pone la dirección de la persona y se pega un sello (desde la organización piden que cada cual traiga su sello o 50 céntimos para poner uno). Un año después ese sobre se lleva al correo y llega a la casa de quien hizo la petición, «para comprobar cómo ha ido trabajando santa Teresita en nuestra vida ese año».
Para quien no pueda acudir, existe la posibilidad de realizar la misma petición y colocarla dentro de un sobre con destino a las religiosas.
«Nadie las lee durante todo este tiempo, pero las monjas rezan por las intenciones de las cartas durante un año. Es genial», concluye Verónica.