María Ascención Romero sucede a Carmen Hernández en el equipo internacional del Camino Neocatecumenal
Española, de 57 años, durante 25 años fue itinerante en Rusia, se ocupará del Camino en el mundo junto a Kiko Argüello y el padre Mario Pezzi. Una decisión ad experimentum, por petición del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y con base en los estatutos
Se llama María Ascención Romero, tiene 57 años, es española y hasta ahora había sido itinerante en Rusia. Será ella quien suceda a Carmen Hernández (que falleció el 19 de julio de 2016, a los 85 años, después de una larga enfermedad) en el equipo internacional que guía el Camino Neocatecumenal en el mundo. Lo comunicó hoy por la mañana, durante un encuentro con los itinerantes de los cinco continentes en el centro del Puerto de San Jorge, Kiko Argüello, fundador del itinerario neocatecumenal. Y precisó que no se trata de una «sustitución» de Carmen, porque es «insustituible», sino que se trata de una decisión ad experimentum.
Y no fueron nada breves los tiempos para que llegara esta decisión. El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, según lo establecido en los estatutos que regulan el Camino (aprobados en 2008), hizo la petición, pues en el artículo 35 se prevé la presencia en el equipo responsable de una mujer soltera.
Misionera en Rusia durante 25 años (9 de los cuales los pasó en Kazajistán y 12 en San Petersburgo en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, María Asunción ya colabora con Kiko y el padre Mario Pezzi desde el verano pasado. Comparte con Carmen el origen, ambas de Tudela, en la diócesis de Pamplona, y también los estudios en teología. Es descrita como una mujer humilde y discreta.
Ella recibirá, junto con Kiko y el padre Pezzi, al Papa Francisco en el gran encuentro del próximo 5 de mayo en Tor Vergata, Roma (en el mismo lugar en el que se llevó a cabo la vigilia de Juan Pablo II con los jóvenes de la JMJ del año 2000), para celebrar el 50 aniversario del nacimiento de las comunidades del Camino Neocatecumenal en Roma y en toda Italia.
Es decir esos primeros pequeños núcleos de fieles (de todas las edades y orígenes) que, después del anuncio del kèrygma que llevaron Kiko y Carmen primero a los habitantes de Palomeras Altas, entre los más pobres de Madrir, y después al Borghetto latino, en la periferia de Roma, comienzan a reunirse para emprender un camino con tal de volver a descubrir las promesas bautismales, dando vida de esta manera a una de las realidades eclesiales más difundidas en el mundo actualmente.
Salvatore Cernuzio / Vatican Insider