¡Feliz Navidad, misioneros!
Los Sembradores de Estrellas de Zamora han grabado a personas por la calle para felicitar la Navidad a los misioneros zamoranos y hacer que se sientan cerca lejos de casa
Lucía ni se acuerda de cuándo empezó a ir a Sembradores de Estrellas. «Era muy pequeñita», dice. El sábado, como cada año, esta niña de 9 años fue con sus padres y sus hermanos al centro de Zamora, su ciudad. «Cantamos villancicos en la calle y fuimos poniendo a la gente pegatinas con forma de estrella. Les dijimos: “Feliz Navidad”, y les contamos que Jesús va a nacer».
Algunos adultos notaron que se iban deprisa, seguramente porque pensaban que los niños querían pedirles dinero. Y eso que no llevaban huchas, solo sus pegatinas. Otros «se alegraban, incluso si antes de acercarnos nosotros estaban tristes». Esto nos lo cuenta Sofía, de 12 años. Participa en Sembradores de Estrellas desde hace tres años con algunos compañeros del colegio Sagrado Corazón. «A veces nos da un poco de vergüenza –confiesa–, pero al ver a la gente contenta te dan ganas de seguir haciéndolo».
La felicitación que estas niñas comparten con la gente no es solo suya. «También es de parte de los misioneros», nos cuenta Lucía. Para que los zamoranos se dieran cuenta, este año, en la calle donde estaban los sembradores, se puso un mapa grande de todo el mundo. Sobre él, marcados con estrellas, los 37 países donde hay misioneros de Zamora. Debajo, en otro mural, estaban escritos sus nombres.
No fue la única novedad: «Hicimos un photocall para también desearles nosotros feliz Navidad a los misioneros», cuenta Lucía. 37 niños, uno por país, se sacaron fotos delante del mural con un cartel de felicitación. Con esas imágenes, «haremos un vídeo y se lo mandaremos a los 121 misioneros zamoranos», explica Montserrat, la delegada de misiones de esta diócesis.
De esta forma, los niños realmente se han convertido en un puente entre Zamora y sus misioneros. A estos les hace mucha ilusión que la gente de su lugar de origen se acuerde de ellos en estos días. «Suelen respondernos en seguida a los mensajes de felicitación, y nos mandan fotos de sus celebraciones», dice la delegada.
Amigos en todo el mundo
Lucía espera poder enviar ese vídeo de felicitación a varios amigos misioneros que sus padres conocen a través del movimiento Cristianos Sin Fronteras. «Miguel está en Brasil, José Antonio en Paraguay, y José Miguel en Indonesia. Ah, y en mi parroquia está Volusiano, que estuvo en América. Me gusta mucho cuando me cuentan y me muestran fotos de cómo enseñan a la gente allí, y las costumbres que tienen los habitantes de esos lugares. Y, a veces, me traen algún regalo». Cuando les escriba por Navidad, les dirá que «aunque estén en otro país, estaremos con ellos».
También Sofía y sus compañeros tienen cerca el ejemplo de los misioneros: su tutora, sor Isabel, ha estado muchos años en varios países de América Latina. Ahora, intenta transmitir a sus alumnos ese espíritu que la animó a irse a lejos para hablar de Jesús a los demás y ayudarlos. Y ellos están aprendiendo bien. «Si pudiera enviar un mensaje de Navidad a un misionero –asegura Sofía–, le daría las gracias por ayudar a los demás y le diría que siga sembrando felicidad, porque el mundo los necesita. Y que espero que puedan disfrutar las navidades aunque tengan problemas».