Homenaje a Julián Marías - Alfa y Omega

Homenaje a Julián Marías

José Francisco Serrano Oceja

Mientras leía estas apasionantes páginas resonaban en mí aquellas palabras que oí al profesor Olegario González de Cardedal en la laudatio del homenaje que la Universidad Pontifica de Salamanca tributó al filósofo madrileño: «Con esta anécdota personal, elevada a categoría, he querido significar la memoria y agradecimiento de todos los que en la Iglesia y en la Teología hemos aprendido con la ayuda del magisterio intelectual de Julián Marías a pensar mejor la fe, a la altura del tiempo histórico, en conjunción de pensares y creencias, de radicalidades y fidelidades, de memorias y esperanzas».

No es necesario bautizar la filosofía de Julián Marías. Siempre me pregunté si se podría decir que don Julián se consideraba un filósofo cristiano. Lo que tengo claro es que era un filósofo y un cristiano, o un cristiano y un filósofo, quizá mejor. Si hay una persona que está legitimada a escribir una magna síntesis del pensamiento de don Julián Marías es Enrique González Fernández, el padre Enrique para sus entrañables feligreses de la iglesia de San Andrés. Durante no pocos años fue secretario, amanuense, confidente y, como muy bien se reproduce en estas páginas, amigo de don Julián. A fuer de discípulo, por cierto. Muchos esperábamos el día que Enrique afrontara el corpus del pensamiento de Marías y nos lo ofreciera masticado desde una clave sustantiva de la filosofía, la centralidad del logos, de la razón. Glosando a Harold Raley y su magnífico prólogo, este libro nos ayuda a entender el eje del sistema Ortega-Marías, pero también del nuevo eje Marías-González desde la renovación de la filosofía a partir del supuesto de la relación entre razón vital, primacía de la vida humana y presencia de Dios. De ahí que, una vez aclarado el porqué de la divina razón, se nos introduzca por los vericuetos de la gramática de la razón, a medio camino entre la vida de Marías y de su pensamiento. Y desde ahí se nos propongan interesantes reflexiones del pensamiento sobre la decadencia de la filosofía, las relaciones entre ciencia y filosofía, la nueva metafísica, la verdad, la realidad, la estructura de la acción, entre otros muchos temas. Y por último, una aproximación, se podría decir, a los grandes temas teológicos presentes en la obra de Julián Marías.

En su Historia de la filosofía española el hispanista francés Alain Guy, al ocuparse de Marías, señala que es «uno de los intelectuales más respetados por su inspiración liberal y por la independencia de su carrera». Don Julián nos ha enseñado a incorporar dinamismo a la existencia, que es vida, perduración, crecimiento. Y esto lo ha hecho a partir de su lúcida percepción de la diferencia entre las cosas y las personas, a partir de la situación de Dios en el universo de lo personal o de lo suprapersonal. A las cosas las vemos y las acabamos de ver; a las personas las comenzamos a ver siempre de nuevo. De ahí que Dios sea la perenne novedad ante la que el hombre vive en asombro inabarcable. Este libro es una invitación a la responsabilidad del pensamiento que consiste en la exigencia de justificación, que tantas veces se omite. Demasiadas veces hoy se formulan tesis que pueden ser verdaderas, pero no se cuida su justificación. La responsabilidad reclama responder a las preguntas. Y el padre Enrique lo ha hecho brillantemente.

Julián Marías. Apóstol de la divina razón
Autor:

Enrique González Fernández

Editorial:

San Pablo