16.597 personas consiguieron trabajo en 2016 con el apoyo de los proyectos de empleo y economía solidaria de Cáritas
72.000 personas participaron a lo largo del año pasado en los programas de empleo de Cáritas en toda España. Cáritas sostiene 49 empresas de economía social, que facturaron 36,6 millones de euros en 2016 en sectores como el comercio justo, la agricultura ecológica, el reciclado, la ayuda domiciliaria o la restauración
La opción de Cáritas Española por la inserción social de las personas más desfavorecidas a través de un modelo de empleo basado en la economía solidaria ha vuelto a demostrar, un año más, que es un itinerario de éxito.
Así lo demuestran los resultados que se recogen en el informe presentado hoy en Madrid con el título Economía y Personas. Cambiando el foco cambiamos los resultados, donde se da cuenta de la actividad desarrollada en 2016 por las 70 Cáritas Diocesanas de todo el país en el ámbito del empleo.
El informe se ha presentado hoy en una rueda de prensa celebrada en la sede de Cáritas Española y en la que han intervenido Natalia Peiro, directora de Comunicación, Sensibilización e Incidencia de la institución; Paco Cristóbal, director de Desarrollo Social; Jose Manuel García, trabajador de Bio-Alverde, una empresa agrícola de economía social impulsada por Cáritas Sevilla; y José Repiso, gerente de la empresa de reciclado de papel SOLEMCOR, de Cáritas Córdoba.
72.000 participantes y 16.500 empleos
La publicación de Informe Economía y Personas va acompañado por un vídeo de 2 minutos de duración, donde se recogen experiencias personales de algunos de los participantes en las acciones y proyectos de empleo.
Según los datos presentados, 72.040 personas han participado en los programas e itinerarios de empleo de Cáritas en toda España a largo del año pasado. De ellas, 16.597 consiguieron acceder a un empleo. Esto significa que el 23 por ciento de las personas acompañadas por Cáritas, han podido ingresar en el marcado de trabajo.
Se trata, además, de un incremento cercano al 11 por ciento con relación a 2015, en el que fueron 15.348 las personas que encontraron un puesto de trabajo.
Perfil de las personas participantes
Las personas que han participado en las acciones de inserción laboral de Cáritas —que incluyen servicios de acogida y orientación para el empleo, actividades de formación, intermediación laboral y acciones de autoempleo— son en su mayoría españolas (54 %, ante el 46 % extranjeros), mujeres (62 %) y mayores de 45 años (el 32 %; de entre 36 y 45 años el 30 %, de 25 a 35 años el 26 % y de entre 16 y 24 años el 12 %).
Por nivel formativo, el 46 % tienen formación básica, el 25 % estudios secundarios, el 16 % son bachilleres y el 6 % universitarios.
Por primera vez, el informe ofrece, junto a los fondos anuales invertidos por toda la Confederación Cáritas en las acciones de empleo, el importe de la facturación de las empresas de inserción social. En total, la actividad económica desarrollada por Cáritas Española en actividades de empleo y de economía solidaria durante 2016 asciende a 73.253.781 euros.
De este total, 26,9 millones corresponden a la inversión destinada a las acciones de inserción laboral (un 10 % más que en 2015), 9,6 millones a actividades de economía social y 36,6 millones de euros a la facturación de las 49 empresas de inserción social impulsadas por Cáritas (cuatro más que el años anterior) y que están a pleno rendimiento.
La red que forman en la actualidad Cáritas y las 49 entidades de economía social existentes en todo el país indica un crecimiento continuo de estas empresas desde 2013, cuando eran solo 37. Esta red ofreció en 2016 un total de 1.445 puestos de trabajo, de los cuales 615 son puestos de inserción reservados para personas en situación de exclusión.
Los fondos manejados por la Confederación Cáritas han sido aportados tanto por donantes privados, como por las distintas Administraciones públicas y el Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social (POISES) del Fondo Social Europeo.
Rentabilidad económica al servicio de la rentabilidad social
«Estos resultados son el mejor testimonio —señaló Paco Cristóbal— de que es posible realizar una actividad económica sostenible, con principios de solidaridad y justicia, dirigida a garantizar el bienestar y el desarrollo de las personas en situación más precaria».
«Este modelo plantea, además, el beneficio económico como un medio al servicio del objetivo principal que es impulsar la promoción sociolaboral de las personas excluidas y de poner la rentabilidad económica al servicio de una auténtica rentabilidad social», añadió.
Para dar testimonio personal de esa rentabilidad en términos sociales, en la rueda de prensa intervinieron Jose Manuel García, trabajador de la empresa Bio-Alverde, un proyecto de agricultura ecológica impulsado por Cáritas Diocesana de Sevilla; y José Repiso, gerente de la empresa Solemcor, de Cáritas Córdoba, dedicada al reciclado y tratamiento de residuos urbanos.
Ambos explicaron su experiencia como participantes de un modelo de inserción laboral orientado a ofrecer oportunidades de empleo a personas en situación de riesgo de exclusión en ámbitos empresariales, inspirados, en ambos caso, en un modelo de consumo justo, sostenible y responsable.
Comercio justo, finanzas éticas y colaboración empresarial
El informe Economía y Personas presentado hoy ofrece también información detallada sobre los ejes de actividad en los que Cáritas basa su opción por la economía solidaria, como son el comercio justo, las finanzas éticas y la colaboración con las empresas.
En el ámbito del comercio justo, por ejemplo, las 30 tiendas y los 47 puntos de venta que integran la Red Interdiocesana de Comercio Justo de Cáritas en todo el Estado superaron los 509.000 euros de ventas en 2016.
Esta Red no sólo funciona como cadena de comercialización de productos elaborados por cooperativas artesanales y agrícolas de terceros países, sino también como puntos de información y sensibilización sobre consumo responsable y su vinculación con la defensa de los derechos humanos, la sostenibilidad medioambiental y cuidado de la Creación, aspectos señalados por el Papa Francisco en su encíclica Laudato sí’.
Asimismo, en el capítulo de finanzas éticas, se explica cómo 37 Cáritas Diocesanas tiene actualmente relación con bancos éticos como FIARE Banca Ética u Oikocredit, que son instrumentos financieros al servicio de la transformación social mediante la financiación de proyectos de economía social y solidaria.
En el apartado de colaboración empresarial, el Informe da cuenta de los 28,6 millones de euros aportados en 2016 por las empresas e instituciones que han colaborado con Cáritas.
Poner en el centro a las personas
«La apuesta de Cáritas por una economía solidaria responde —como señaló Natalia Peiró, directora de Comunicación, Sensibilización e Incidencia de Cáritas en la rueda de prensa—, a una exhortación expresa de los obispos españoles en su instrucción pastoral Iglesia, servidora de los pobres, aprobada por la Conferencia Episcopal Española, en abril de 2015». Y está, asimismo, en línea con la Doctrina Social de la Iglesia y el magisterio de los últimos Papas, desde Pablo VI en la Populorum Progressio a Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco».
Recordó, asimismo, la importancia que tiene este eje de trabajo de Cáritas, que ha sido abordado, precisamente, en las XVII Jornadas de Teología de la Caridad que se celebraron el pasado fin de semana en Santiago de Compostela, «donde la reflexión de los más de 350 participantes giró en torno a un modelo de economía solidaria que pone a las personas en el centro, al servicio de los derechos humanos y el cuidado de la Creación».
«Para Cáritas —subrayó Natalia Peiro— la economía solidaria es un reto y una realidad, porque cada día somos más conscientes de la responsabilidad de nuestras propias decisiones en la construcción de un mundo más justo y de que, como refleja este Informe, es posible una economía a la medida de las personas, como ponen en evidencia el signo visible de todas estas iniciativas en marcha gracias al esfuerzo y la apuesta de muchos».