¡Felicidades, Don Bosco!
Todos los colegios y centros juveniles de los salesianos han estado estos días de fiesta grande: el sábado, era San Juan Bosco, y además en un año especial: en agosto, se cumplirán 200 años de su nacimiento. Por eso, la semana pasada, ha estado repleta de actividades: Misas, sueltas de globos, representaciones, concursos de dibujos… Gracias a ellas, podemos conocer mejor a este gran santo italiano, al que san Juan Pablo II nombró Padre y Maestro de la Juventud
Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815, en I Becchi, en una familia de campesinos. Su padre murió cuando tenía dos años, y desde entonces su madre cuidó de la familia. A los nueve años, Juan soñó que Jesús le pedía que consiguiera que los jóvenes se portaran bien no castigándolos, sino persuadiéndolos. En las ferias de los pueblos, aprendía juegos y malabares, con los que entretenía a otros muchachos a la vez que les daba catequesis. Así lo muestra este dibujo de Alaia de Arriba Simal, del Colegio Salesiano Cruces, de Baracaldo.
Juan quería ser sacerdote. Lograrlo fue difícil, porque su familia era bastante humilde y ninguno de sus hermanos había estudiado. Para ir a la escuela, caminaba 20 kilómetros al día, y se pagó los estudios secundarios pidiendo ayuda por las aldeas y trabajando de pastelero, sastre, zapatero… Al final, consiguió su objetivo, gracias a su inteligencia y, sobre todo, a su amor a Dios y a la oración. Por ejemplo, le daba mucha importancia a comulgar cada día. Precisamente rezando es como ha querido mostrarle Maialen López Iglesia, del Colegio Salesiano Cruces, de Baracaldo.
Después de ordenarse, en 1841, Juan Bosco se fue a Turín. Allí, conoció las malas condiciones en que vivían miles de niños y jóvenes, que trabajaban hasta 14 horas al día, por muy poco dinero, y con frecuencia vivían en la calle. A veces, estos chicos seguían malos ejemplos y acababan en la cárcel. Don Bosco empezó a poner en marcha Oratorios: lugares donde podían recibir catequesis, entretenerse de forma sana, aprender un oficio e incluso vivir. Así lo representan los alumnos del Colegio Los Boscos, de Logroño.
Para continuar su labor, Don Bosco fundó los salesianos y las Hijas de María Auxiliadora. Él tenía mucho cariño a esta advocación de la Virgen, que es Auxilio de los cristianos, y quiso que las religiosas que iban a continuar su labor llevaran este nombre. Hoy, la Familia Salesiana está presente en más de 130 países de todo el mundo, acercando a Dios a millones de niños. De hecho, de los alumnos de los salesianos han salido niños santos, como santo Domingo Savio y la Beata Laura Vicuña. En el Colegio Los Boscos, de Logroño, han hecho marionetas de María Auxiliadora.