La procesión que siempre sale - Alfa y Omega

La procesión que siempre sale

La del Silencio, en Albacete, que obvia las inclemencias del tiempo, ha alcanzado en los últimos años un cierto apogeo. Cuenta entre sus filas con cientos de penitentes y conserva la austeridad de antaño

Colaborador
Las cruces luminosas son muy características de esta procesión. Foto: Juan Carlos Navarro/Junta de Cofradías de Albacete

La Semana Santa de Albacete es singular y única. Lo es por la propia ciudad y entorno, y por sus procesiones. Como la del Silencio, la única que se realiza en la noche del Jueves Santo, y tiene como protagonista a la Cofradía del Silencio y Santo Vía Crucis. Sin embargo, su origen no va unido al de la fundación de la cofradía, sino que se remonta a muchos años atrás. Concretamente nació en la noche de Jueves Santo del año 1926, por una iniciativa del entonces cura párroco de San Juan Bautista, don Paulino Bustinza y Lausen. Efectivamente, el diario Pueblo del año 1941 recoge este dato: «En la noche del Jueves Santo se celebrará la procesión del Silencio y partirá de la parroquia de San Juan Bautista».

La imagen del Santísimo Cristo del Consuelo. Foto: Juan Carlos Navarro/Junta de Cofradías de Albacete

En sus comienzos, la procesión hubo de soportar momentos difíciles, con críticas por parte de un sector del público y de la prensa, quizás debido al entorno social y político de la época. Sin embargo, no se tienen más noticias de que en años posteriores continuara celebrándose esta procesión, hasta 1951, fecha de la fundación de la cofradía y por tanto de su primera salida procesional. Así describe el episodio la prensa local: «Abría la marcha la Cruz Guía de la Cofradía de San Juan Evangelista, seguida de la bandera de la citada cofradía; a continuación iba la Junta Directiva de esta hermandad, sin túnicas y con medallas sobre el pecho, seguida de un buen número de cofrades. Seguía el estandarte de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía, y tras él los miembros de la nueva Cofradía del Silencio y Santo Vía Crucis, sin túnicas, llevando sobre el pecho, pendiente de un cordón morado, un bello crucifijo. Desfilan una gran cantidad de asociados, y lo hacen dentro del más perfecto orden y con un silencio impresionante. Viene después el Santísimo Cristo del Consuelo a hombros de varios cofrades, en unas andas profusamente engalanadas con flores y luces, luciendo asimismo una iluminación especial, con tonos encarnados, que resaltan la figura del Crucificado, dándole un aspecto impresionante, el silencio profundo de los cofrades y del público que presencia la procesión».

Luces apagadas

En los últimos años, esta cofradía ha alcanzado un cierto apogeo. Cuenta entre sus filas con cientos de penitentes –hombres y mujeres– y conserva la austeridad de antaño. La procesión, que se realiza con las luces apagadas en todo el itinerario, está impregnada de un cierto misticismo y se caracteriza principalmente por ese silencio sobrecogedor, solamente roto por el enjuto sonido de un ronco timbal, por el deslizar de las pesadas cadenas que portan algunos de sus penitentes y por el golpe cadencioso de las horquillas de sus costaleros. Sus cofrades-penitentes portan sobre sus hombros una pesada cruz, cuyo peso oscila entre los ocho y los 25 kilos.

Siete de ellos portan otras tantas cruces procesionales luminosas con frases que simbolizan las siete palabras de la Pasión. Las de este año son nuevas y serán bendecidas antes de comenzar la procesión.

Curiosidades
  • Ha salido siempre aunque haya llovido; hace algunos años llovía muchísimo e hicieron un recorrido más corto con la filosofía de penitencia.
  • Sus flores siempre son rojas (claveles) y el monte con flores malva.
  • Suelen salir unas 600 cruces que pesan entre los ocho y los 25 kgs. El trono pesa 1500 kilos.
  • La Cofradía del Cristo de la Agonía les toca una marcha procesional cuando sale la imagen y en la procesión solo se escucha un timbal/bombo las cadenas de penitentes y las alcayatas de los pasos de los costaleros.
  • 20 costaleros son los que portan al Cristo.

Por todo ello, es una de las cofradías que mayor interés y devoción despierta en la Semana Santa de Albacete, y ha alcanzado tal notoriedad que son muchos los visitantes que se desplazan desde otros lugares con el único propósito de participar y hacer penitencia.

La imagen del Santísimo Cristo del Consuelo ha sido restaurada en tres ocasiones, la última este pasado año. Va montada sobre unas artísticas andas, elaboradas en los talleres Arquero de Albacete, y alcanza un peso total de 1.500 kilos, los cuales recaen en los hombros de sus ahora 24 costaleros-penitentes.

Desde su constitución, jamás ha dejado de salir, aún en condiciones meteorológicas adversas, pues precisamente ahí radica una de sus promesas para desfilar. Esta circunstancia es considerada por sus penitentes como un sacrificio más.

José Manuel Hernández
Albacete