«Hay histeria entre los inmigrantes de EE. UU.» - Alfa y Omega

«Hay histeria entre los inmigrantes de EE. UU.»

Redacción
Foto: www.elsiglodetorreon.com.mx

21 días. Ese es el plazo que tienen los menores indocumentados que llegan a EE. UU., la mayoría procedentes de Centroamérica, para conseguirse un abogado que defienda sus derechos de forma altruista, ya que el Estado no se hace cargo de esos gastos. En alrededor de un 90 % de los casos, quienes consigan defensa letrada lograrán quedarse. El resto, con casi total seguridad, serán deportados.

Cuando en 2014 se produjo un repunte de niños que llegaban solos al país, la escritora mexicana Valeria Luiselli se alistó voluntaria para ejercer de intérprete. El cuestionario consta de 40 preguntas y tiene como objetivo documentar la realidad de la que huyen estos menores, buscando argumentos legales (maltratos, abusos, amenazas de maras…) que permitan defender su caso en los tribunales norteamericanos.

Lo cuenta en el libro Los niños perdidos (un ensaño en cuarenta preguntas) (Sexto Piso), que presentó el martes en Madrid. Luiselli entrevistó a decenas de chicos y chicas, supervivientes de una infernal travesía por México. Desde 2006 han desaparecido 120.000 mirantes a su paso por este país, y ocho de cada diez mujeres son violadas.

En paralelo, EE. UU. ha ido endureciendo sus leyes migratorias y reforzando su muro con el sur, debido a la presión de la opinión pública sobre las autoridades. Pero ese aumento de la xenofobia ofrece una imagen del cuadro incompleta. «En EE. UU. tenemos a los peores cretinos del mundo, aunque también a un montón de personas dispuestas a organizarse para defender los derechos de personas que ni siquiera conocen, algo que yo no he visto en ninguna otra sociedad», asegura la escritora. La recaudación de fondos y el aumento de voluntarios ha crecido en paralelo al auge del discurso xenófobo de Donald Trump. «Hay mucho miedo, yo diría que histeria entre los inmigrantes». Pero incluso en esa «América profunda», donde «los chavitos llevan gorras con el lema Make America Great Again», se han producido reacciones esperanzadoras de solidaridad. Valeria Luiselli cita el caso de sus alumnos de español en una universidad de Long Island, provenientes de familias obreras, muchos de ellos, en un primer momento, reacios a la llegada de extranjeros. Tras escuchar a su profesora hablar de sus experiencias, han terminado poniendo en marcha un grupo de apoyo a adolescentes inmigrantes, a quienes enseñan inglés y ofrecen actividades de tiempo libre. «Ahora –cuenta orgullosa Luiselli– están empezando a organizar un grupo de acción política».