Cardenal Osoro, a los nuevos presbíteros: «Vais a ser héroes en medio de los hombres» - Alfa y Omega

Cardenal Osoro, a los nuevos presbíteros: «Vais a ser héroes en medio de los hombres»

Este sábado, 18 de marzo, la catedral de Santa María la Real de la Almudena acogió una solemne celebración de la Eucaristía, durante la cual el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ordenó a 15 nuevos presbíteros

Carlos González García
Foto: Carlos Cabrera

Los diáconos que han sido ordenados presbíteros son: Enrique Abánades García, Raúl Blázquez Castillo, Miguel Forcada Barrero, Ángel J. Langa Hernando, Antonio López Solano, Javier Martín Langa, Tomás Olábarri Azagra, Julio A. Reñones Navarro, Carlos Alberto Rivas López, Juan Sánchez-Blanco Martín-Artajo y Leocadio Viedma Morillo, del Seminario Conciliar de la Inmaculada y San Dámaso. Y Kamil Patryk Dyka, Pablo Pérez Ayala, Jesús Colado Rodríguez y Javier Moya Ripoll, del Redemptoris Mater Nuestra Señora de la Almudena.

Ante una catedral desbordada de familiares y amigos de los nuevos ordenados, el cardenal Osoro comenzó agradeciendo, de manera especial, la labor de los rectores y formadores del Seminario Metropolitano y del Seminario Redemptoris Mater: «Nunca sabremos pagar todo el sacrificio y la entrega que hacéis para formar los presbíteros de nuestra Iglesia diocesana. Gracias», señaló. Acto seguido, citó al salmo 94, declamado y entonado por toda la asamblea, para recordar cómo «pone nuestros sentidos a la escucha de la Palabra de Dios», de tal modo que «sea su Palabra la que elimine las durezas que se van apoderando del corazón humano» e «impiden ser sensible a tomar la decisión de ir tras el Señor, de vivir en su presencia, de que todo nuestro tiempo y todos nuestros quehaceres sean para dar gracias a Dios».

Cerca de Dios y de los hermanos

Con el lema Cerca de Dios y de los hermanos, el prelado animó a todos a «sentir el gozo de pertenecer a su Pueblo, de haber sido llamados a pertenecer a él por Dios mismo». Por tanto, «escuchemos su voz». También los familiares y amigos, para que «tuvieseis la valentía, la audacia y el atrevimiento de lo que nos decía el salmo: “Entrad, entrad y postraos ante un Dios que escucha, ve, oye y habla”». Así, a través de la Palabra, lanzó una pregunta donde todos pudiesen interrogarse su situación actual y, por tanto, su vida: «¿Qué puedo hacer por los hombres, por esta humanidad, por esta familia que a veces está rota?». El Señor responde, aseveró, como lo hizo Moisés: «Preséntate al pueblo en mi nombre, te doy mi fuerza y mi poder». Y eso, continuó —mirando a cada uno de los presbíteros—, «es lo que va a hacer el Señor con vosotros, os va a dar su fuerza y su poder y, en vosotros, va a salir en este mundo por los lugares donde está Cristo mismo». Seréis conformados por Cristo mismo, afirmó, y «debéis descubrir todo lo que el Señor os entrega, que es su Vida misma». Además, «os conforma con Él, os regala su misterio y su ministerio».

Foto: Carlos Cabrera

Así mismo, les dio un consejo: «Vividlo desde una fe muy viva en la Eucaristía: que sintáis en vuestro corazón la misma compasión, generosidad y amor por todos los hombres y muy especialmente por los más pobres». El Señor os dice: «Servid a mi pueblo y ayudad a mi pueblo a que se ponga a servir a todos los hombres con la fuerza y la gracia del amor». Y «no tengáis miedo a vivir la contradicción, no os apartéis a los pensares y a las ideas del mundo, tened los pensamientos de Cristo».

Dando la vida por todos los hombres

El arzobispo de Madrid advirtió que la configuración con Jesucristo tiene que ser a su medida: «La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros». Pecadores, «hemos de estar dispuestos a dar la vida por todos los hombres sin excepción, como lo hizo Él». Vuestra vida de sacerdotes, apuntó, «va a ser configurada por Jesucristo», así que «mostrad esa configuración a los hombres».

Recordando el encuentro evangélico de Jesús con la samaritana, les «regaló» cuatro ejes que «han de estructurar las vidas de un pastor siempre», pero que «tiene una importancia especial cuando una época nueva naciendo». Y lo manifiesta el diálogo del Señor con la samaritana: «Id al encuentro de todos los hombres, sed misericordiosos —porque el amor de Dios supera todas las barreras y condiciones—, estad alegres —porque solamente se tiene alegría si bebemos de esa agua que es Cristo—, y anunciad a Jesucristo con su Amor —con el cuarto eje del kerygma, que significa anuncio— para dar noticia de Cristo con obras concretas».

Foto: Carlos Cabrera

Lugar de escucha acogedora de Dios

Finalmente, el cardenal les alentó a pasear por el mundo de la manera que lo hizo Jesús y, sin descuidar el misterio de la Eucaristía, ser capaces de vivir «como expertos en el arte del discernimiento pastoral», capaces «de una escucha profunda de las situaciones reales y de un buen juicio en las opciones y las decisiones de las personas». Una vida que, según el prelado, debe ser «lugar de escucha acogedora de Dios y de los hermanos». Cristo os va a regalar su ministerio, concluyó, por lo que «vais a ser héroes en medio de los hombres».