Con las familias heridas - Alfa y Omega

Con las familias heridas

El momento presente, que separa al primero del segundo Sínodo sobre la familia –explica el Secretario General del Sínodo–, es el más importante, pues en él se pueden comprender mejor las divergencias que surgieron en la primera Asamblea y buscar el consenso para una atención pastoral más cercana y eficaz a las familias rotas o en dificultad

Jesús Colina. Roma
El cardenal Baldisseri, Secretario General del Sínodo, saluda a algunas familias

Roma acogió, del 22 al 24 de enero, el primer Congreso Internacional de Movimientos Familiares. Cerca de trescientos participantes, representando a 82 movimientos y asociaciones nacionales e internacionales de familias, procedentes de 28 países de los cinco continentes, fueron convocados por el Consejo Pontificio para la Familia, en preparación del Sínodo de octubre.

En este marco, el cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo, anunció que, el 15 de abril, se cumplirá el plazo para enviar las respuestas a las preguntas del cuestionario enviado a las diócesis del mundo, que servirán para la redacción del Documento de trabajo (Instrumentum laboris). El purpurado italiano invitó a los miembros de las asociaciones familiares del mundo a responder a esas preguntas, en particular a la primera:

La descripción de la realidad de la familia presente en la Relación del Sínodo precedente, «¿corresponde a lo que se observa en la Iglesia y en la sociedad de hoy?; ¿qué aspectos ausentes pueden integrarse?».

Las respuestas a ésta y a las otras 46 preguntas se convertirán en la base del Documento de trabajo, que guiará las discusiones sinodales, y que según reveló el mismo Baldisseri será publicado en junio.

El período que separa al primero del segundo Sínodo de los Obispos sobre la familia es, a su juicio, el más importante, pues en él se pueden comprender mejor las divergencias que surgieron en la primera Asamblea y buscar el consenso necesario para que la atención pastoral de la Iglesia a las familias rotas o en dificultad sea más cercana y eficaz. Por este motivo, Baldisseri informó de que, en espera de las respuestas que llegarán al Vaticano a través de las Conferencias Episcopales, se han creado «grupos de estudio a diferentes niveles aquí, en Roma, que afrontarán los temas más sensibles, sobre todo las que se refieren a los tres puntos que no alcanzaron la mayoría cualificada» durante el primer Sínodo: el de la posibilidad de la Comunión a divorciados vueltos a casar, así como la atención y relación con las parejas del mismo sexo.

«En el camino de reflexión –subrayó–, es necesario que tengamos presentes las situaciones de aquellos fieles que, a pesar de vivir en situaciones familiares irregulares, desean participar de una manera cada vez más plena en la vida de la Iglesia y están dispuestos a comprometerse seriamente en un camino progresivo. Es necesario, por tanto, que nadie se desentienda de la tarea de buscar e indicar posibles soluciones a los temas más sensibles afrontados por los Padres sinodales». Es necesario también, recalcó, «buscar opciones pastorales valientes, en particular para atender a las familias heridas».

La familia, sin ideologías

El Papa, por su parte, sigue aprovechando toda oportunidad para ofrecer su contribución a la reflexión sobre el Sínodo, en primer lugar, por medio de las catequesis de cada miércoles. Francisco ha dedicado, además, el Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales a la familia. La familia, aclara en este texto, «no es un campo en el que se comunican opiniones, o un terreno en el que se combaten batallas ideológicas, sino un ambiente en el que se aprende a comunicar». Y destaca que «los medios de comunicación tienden en ocasiones a presentar la familia como si fuera un modelo abstracto que hay que defender o atacar, en lugar de una realidad concreta que se ha de vivir».