Vives y Moro, el humanismo y la amistad en los tiempos difíciles - Alfa y Omega

El historiador Enrique García Hernán, profesor de investigación del CSIC, presenta este jueves en el Aula de Cultura de ABC, la conferencia Vives y Moro. La amistad en tiempos difíciles, en la que profundiza en la relación cultural y política, además de personal, de dos influyentes humanistas en un momento de grandes encrucijadas. Ambos, junto a Erasmo de Rotterdam, vivieron el nacimiento e la Reforma luterana y el cisma anglicano y por eso mismo pusieron en pie una visión humanística e integradora de nueva planta, esencialmente europea y de inspiración cristiana, que hoy sigue vigente y guarda algunas claves importantes para nuestro mundo y nuestra Europa.

El acto sirve como presentación del libro del mismo título, publicado por Cátedra, que es el resultado de cuatro años de investigación para recrear la amistad entre Moro y Vives, puesto que las cartas originales han desaparecido, pero quedan muchas referencias que han permitido levantar un retrato apasionante de aquel mundo.

Desde los Reyes Católicos —insiste García Hernán— a Carlos V y Felipe II existe un proyecto de paz para Europa con la alianza de España, Inglaterra y los Países Bajos. «Los españoles nos entendemos mejor con un inglés que con un portugués», remacha García Hernán, que apuesta por una visión integral de Moro y Vives, a los que se consideró precursores del socialismo o han acabado encerrados en perfiles filosóficos o filológicos. «Es momento de que los historiadores volvamos la vista hacia ellos».

«El paralelismo entre ellos es un reto científico. Para ellos la conciencia debe acompañarse de la rectitud de vida, la libertad de la ley y la amistad de la conciudadanía», afirma el historiador. «Para ellos no puede haber verdades incongruentes sino un hilo que una todas. Hablan de la pietas literata, la docta piedad, que consiste en tener fe y al mismo tiempo ser un gran científico». Son ciudadanos, no vasallos, «el salto es la dignificación de la persona humana».

Europa no ha muerto, porque cambió con el Nuevo Mundo. «Eran católicos culturales, y sus obras Utopía y Ciudad son complementarias. Defendieron la concordia como solución a los problemas, la educación y sanidad pública en sociedades en las que hay divorcio, eutanasia… y hoy renegarían del Brexit, nada más contrario a su idea de unión, no económica, sino sobre todo de leyes, porque la ley era para la persona, por su dignidad, no para un territorio». Así de actuales eran, «sabían que todo su proyecto solo es posible desde un sistema educativo», subraya García Hernán.

Jesús García Calero / ABC