El hombre de sonrisa africana - Alfa y Omega

El hombre de sonrisa africana

Eugenie Ohu, portavoz internacional de la beatificación de Álvaro del Portillo, define al nuevo Beato como el hombre de sonrisa africana. Ya antes de su encuentro con san Josemaría Escrivá, su debilidad eran los pobres, y siendo Prelado del Opus Dei, impulsó decenas de iniciativas para mejorar la vida de los más necesitados. Los responsables de 40 de estas obras quisieron rendirle homenaje el jueves pasado en un encuentro en Madrid

Cristina Sánchez Aguilar
Las mujeres de Ogún, en el centro Iroto de Nigeria

Si naces en Nigeria, y eres mujer, «tienes un alto porcentaje de ser analfabeta, porque tus padres se gastarán el poco dinero que tienen en enviar a los varones de la familia a la escuela», afirma Ebele Okoye, responsable del área de educación del centro Iroto. También, continúa, «es posible que te cases con 14 años con un hombre mayor que tú, al que desconoces». Y que el día que tengas un embarazo de riesgo, tengas que andar durante kilómetros para llegar a un hospital, o quizá, morir en el camino. Y además, si tú mueres, parte de tu comunidad morirá contigo, porque «la mujer es el núcleo de la familia y de la sociedad en un país como el nigeriano», añade.

Hace, aproximadamente, 30 años, Jane Ohale, junto con otras pioneras del proyecto Iroto, llegaron hasta Ogún, un poblado en el que la mortalidad infantil era del 60 % y la pobreza se cebaba con las féminas. Fueron casa por casa a preguntar a las mujeres del pueblo qué necesitaban para mejorar sus vidas, y la respuesta era siempre la misma: «Educación y formación profesional». Así es como se puso en marcha el centro en el que ahora trabaja Ebele.

Presente en Madrid para participar, el pasado jueves, en el Encuentro Internacional Álvaro del Portillo. 40 iniciativas contra la pobreza, la joven reconoce, emocionada, cómo más de 30.000 mujeres han pasado por sus aulas y han estudiado educación básica, inglés y formación profesional: «Han podido cumplir sus sueños, algo que hace unos años aquí era impensable», sostiene. Y tanto que han conseguido cumplirlos. El sector hostelero -la formación más demandada en Nigeria- pide directamente profesionales a la escuela de Iroto, «porque saben que aquí las chicas se forman según una moral y una ética». Algo fundamental cuando «la corrupción es el gran mal de nuestro país», añade. El centro es una de las iniciativas que el Beato Álvaro del Portillo impulsó durante su etapa como Prelado del Opus Dei.

Dos días antes de la ceremonia de beatificación, en la Fundación Once, de Madrid, se dieron cita los representantes de 40 de estas iniciativas, que, a lo largo y ancho del mundo, han mejorado la vida de muchas personas. Como la de aquel niño que fue abandonado en una caja de zapatos y, ahora, gracias a la Fundación Nocedal y su escuela gratuita en una barriada llena de droga y muerte de Santiago de Chile, el joven va a la universidad, y tiene un futuro. Para él, para su barrio, y para su país. O como la de aquella mamá subsahariana que vive en Brixton, un vecindario con un alto porcentaje de inmigrantes y refugiados, en el Reino Unido. Gracias al Baytree Center, ha aprendido a hablar inglés -hay mujeres que llevaban 20 años allí sin hablar una palabra-, lo que le ha abierto la puerta del mundo laboral.

Toda la información de los proyectos impulsados por el Beato Álvaro, en 40contralapobreza.com