Un horno salvó la vida a estas clarisas angoleñas. Ahora piden ayuda a través de AIN - Alfa y Omega

Un horno salvó la vida a estas clarisas angoleñas. Ahora piden ayuda a través de AIN

Durante los 30 años de guerra civil en Angola, las vocaciones del convento de Nuestra Señora de los Ángeles no hicieron más que aumentar. Ahora, necesitan ayuda para ampliar la capilla y sostener a 19 religiosas. Es uno de los proyectos que Ayuda a la Iglesia Necesitada quiere financiar gracias a su nueva campaña a favor de África

Redacción
Comunidad de Nuestra Señora de los Ángeles. Foto: AIN

En 1965, cuando el Papa Pablo VI pidió al padre Werenfried van Straaten que Ayuda a la Iglesia Necesitada se ocupara de una África en plena descolonización. Desde entonces, al tiempo que se han ido multiplicando los conflictos, AIN ha ido incrementando esta ayuda hasta alcanzar los 22,3 millones de euros. Hoy en día, más de un euro de cada cuatro (en concreto el 27,8 %) de los que distribuye AIN se destina a este continente. Para poder seguir prestando esta ayuda, la fundación pontificia ha lanzado una nueva campaña: Cristianos en África. Su fe es nuestra esperanza.

En 2016, AIN financió 1.800 proyectos en 45 países africanos. El tipo de proyectos que más financió AIN en África (418) fueron los relacionados con la formación de sacerdotes, religiosos y laicos. La siguiente categoría fueron los vinculados a la construcción. Fueron 394, sobre todo iglesias y capillas (135) y casas parroquiales (64).

«Hijas» de un convento español

Pero también 54 monasterios. Uno de los lugares que siguen necesitando esta ayuda es el convento de clarisas Nuestra Señora de los Ángeles, en Malanje (Angola), hijo de la comunidad española de Astudillo, en Palencia. Angola es uno de los países de África donde se han vivido más años de guerra que de paz. AIN ayudó en su día a construir el noviciado y reconstruir el convento tras la larguísima guerra civil que asoló el país. Ahora, quiere enviar 30.000 euros para ampliar la capilla del convento y 9.000 para el sostenimiento de 19 religiosas.

¿Hay lugar en un país africano asolado por la guerra para una comunidad contemplativa? Después de cinco años de conflicto por la independencia, en 1975 estalló en Angola una guerra civil que estuvo activa durante casi tres décadas. Poco tiempo después del comienzo de los enfrentamientos, a principios de los ochenta, llegó a Malanje un grupo de religiosas clarisas procedentes de Astudillo, Palencia, para fundar una nueva comunidad.

A cambio, «nuestras oraciones»

Las religiosas de vida contemplativa, como estas clarisas, son pilares ocultos de la fe. Tienen un papel fundamental en la oración por la paz, la curación de las almas y el restablecimiento de la fe en países tan marcados por la guerra, como Angola. «En cuanto llegamos, empezamos a tener nuevas vocaciones, muchas en realidad. Así que pronto nos quedamos sin habitaciones para todas», explica la superiora Madre María del Carmen Reinoso, con una gran sonrisa. «Fue por eso por lo que comenzamos a pedir apoyo a Ayuda a la Iglesia Necesitada para construir un noviciado». Corría el año 1987.

A principios de los noventa el conflicto civil se recrudeció. La madre María del Carmen cuenta cómo tuvieron que esconderse en el horno del pan cuando el convento fue atacado. Todas las paredes estaban llenas de agujeros de bala, pero ellas se salvaron: «Es un milagro que sigamos vivas».

ACN acudió a socorrer a las hermanas que necesitaban reconstruir su casa tras la guerra. Ahora nos solicitan. La Madre María del Carmen agradece la ayuda ofrecida: «Podemos vivir gracias a los benefactores de Ayuda a la Iglesia Necesitada», y añade: «Nuestras oraciones son lo único que os podemos dar a cambio, cada día rezamos el Rosario por vosotros y también ofrecemos la Santa Misa».

Islamismo y ataques contra la vida

Para Johannes Heereman, presidente ejecutivo internacional de Ayuda a la Iglesia Necesitada, «esto es más que una ayuda a los que sufren necesidad; es una inversión en el futuro, y esto por dos motivos. Por un lado, la Iglesia crece en este continente como en ningún otro lugar».

En muchos países, la Iglesia no llega a los 200 años de historia y, en los últimos 35 años, ha pasado de 55 a 214 millones de fieles, el 19 % de los católicos del mundo. Cuenta con más de medio millón de catequistas, 42.900 sacerdotes, 28.500 seminaristas y 70.600 religiosos. Ofrece 70.000 colegios, 6.400 dispensarios y hospitales y 1.100 orfanatos. Por otro lado, «esta Iglesia joven y dinámica necesita la ayuda de sus hermanos de fuera de África para perseverar frente a un Islam expansivo y acosador. A la larga, este fortalecimiento también nos ayuda a nosotros».

En último lugar, esta ayuda contribuye a proteger a los africanos frente a las nuevas formas de colonización de las grandes potencias, que no son solo económicas. La ayuda que se envía a África a través de AIN se distribuye según las enseñanzas de la Iglesia, a diferencia de «la de algunos gobiernos y organizaciones no gubernamentales», que no siguen estos principios «en materia de política familiar y protección de la vida», explica Heereman.

Ayuda a la Iglesia Necesitada / Redacción