La presunta víctima del padre Román: «Ir a Misa me parte en dos»

El principal testigo del caso Romanones declaró ayer ante la sala segunda de la Audiencia Provincial de Granada. Daniel –nombre ficticio y de 27 años– es el joven que denunció haber sido víctima de abusos sexuales cuando era menor, algo que ha negado de forma tajante el padre Román. En la tercera sesión del juicio se sucedieron momentos de tensión en los que Daniel, empapado de lágrimas, se derrumbó. El denunciante abandonó la sala al grito de «¡tendríais que estar muertos, asquerosos!». «Sólo quiero terminar ya, son muchos años».

Daniel se ratificó en su versión e insistió en la gravedad de unos supuestos hechos que se produjeron de forma reiterada a causa de su dependencia emocional: «Román me tuvo manipulado y dominado desde los 7 años, mi referente en todo era él. […] Como una secta». «No puedo ir a Misa porque me parte en dos», aseguró, aunque ahora está vinculado al Opus Dei, y añadió que le dio pánico denunciar.

Ayer, tras años sin hablar, Daniel y Román se volvieron a ver. La relación entre ambos empezó cuando el joven tenía 7 años. Comenzó a asistir a la catequesis de la parroquia de San Juan María de Vianney. Los abusos, insistió, no se inician hasta 2004, cuando Daniel empieza a pernoctar en la casa parroquial. Él se quedaba en la cama del padre Román porque el cura le insistía en que era «un privilegio» dormir a su lado. «Tenía pánico», dijo.

Leo Rama / ABC