«Este pequeñajo» con síndrome de Down «me enseña día a día tantas cosas» - Alfa y Omega

«Este pequeñajo» con síndrome de Down «me enseña día a día tantas cosas»

El niño de La historia de Jan recogió el premio ¡Qué bello es vivir! de CinemaNet, por la defensa que la película hace de «la dignidad de toda persona», también de las que tienen una discapacidad. El acto también contó con las Siervas de María fundadas por santa Soledad Torres Acosta. La santa protagonista de Luz de Soledad ganó el premio Personaje

María Martínez López
Foto: Carlos de la Calle

Fue el momento más emotivo de la gala de los premios CinemaNet en Madrid, este lunes. Bernardo Moll subía al estrado con su hijo Jan en brazos. El niño, de 6 años, vestía chaqueta y pajarita. Tras las gafas rojas, los ojos característicos del síndrome de Down. «Este pequeñajo me ha enseñado y me enseña día a día tantas cosas… Me ha hecho conectar con el corazón y parar, en esta vida» en la que siempre se va corriendo. «Las cosas le cuestan tanto, que te hacen parar y soñar a cada segundo», compartió Moll. Desde que nació, él y su mujer, trabajadores del mundo del cine, han grabado sus avances. El producto es La historia de Jan, que recibió el premio ¡Qué bello es vivir! otorgado cada año por esta asociación.

Al presentar el premio, la periodista y crítica de cine Ninfa Watt reconoció que el filme «me emocionó profundamente» porque muestra «en tiempo real, en circunstancias reales, las ilusiones, las esperanzas, los miedos, las alegrías y las preocupaciones que trae el nacimiento de un hijo. Jan nació con ese cromosoma que a veces se despista y hace que un niño sea distinto, único… como todos los niños».

Foto: Carlos de la Calle

«… como todo niño debería ser abrazado»

En estos momentos —continuó Watt— «es muy importante que alguien nos recuerde desde la pantalla grande y con calidad la dignidad de toda persona. Que nos den a conocer su historia sus propios padres con esa sensibilidad y ese derroche de amor deja sin palabras. ¡Qué bello es vivir cuando hay seres humanos capaces de hacer el mundo un poco mejor, cuando se acoge la vida con toda su grandeza y toda su fragilidad, cuando hay padres que abrazan la llegada de su hijo como todo niño debería ser abrazado».

Además de a su familia y a todo el equipo, el padre de Jan dedicó el premio «a aquellas familias que se esfuerzan día a día para conseguir normalizar e integrar a sus hijos en la sociedad. Es algo muy necesario, importante, y a veces muy difícil». Moll resaltó también el papel de su mujer, «que ha hecho una cosa preciosa y muy difícil: que te graben durante seis años».

Unas horas después de la ceremonia de los Óscar, el director de CinemaNet, Daniel Arasa, explicó que muchos premios de cine se dan a películas que «tienen un contenido de fondo, como la ideología de género, que no se manifiesta de forma explícita. Nosotros también promovemos unos valores: los valores humanos, educativos y familiares que tienen como telón de fondo el humanismo cristiano».

Las Siervas de María, de gala

Otro toque de color durante la gala fue la presencia de una docena de religiosas de las Siervas de María Ministras de los Enfermos. Querían ser testigos de cómo el personaje de su fundadora, santa Soledad Torres Acosta, en la película Luz de Soledad, recibía el premio Personaje. Una de ellas tomó la palabra y subrayó que «los enfermos solos y necesitados son uno de los retos de nuestra sociedad». Sobre su fundadora, la religiosa destacó que fue «una mujer de una gran experiencia de Dios, a la escucha de su Palabra, y con una confianza plena en la Divina Providencia», al mismo tiempo que fue «audaz y luchó tenazmente para que sus siervas pudieran atender a los enfermos de cólera o a los heridos en las trincheras de la época revolucionaria», para «hacer frente al dolor en todas sus formas».

Recoger el premio le hizo «especial ilusión» a la actriz protagonista de Luz de Soledad, Laura Contreras. «Es premiar el trabajo de todas y cada una de las personas del equipo, y también a una mujer que fue ejemplo de superación, humildad, entrega y valor cuya vida merece ser conocida por todos». Este personaje de una mujer pionera, que supo descubrir la importancia de la formación, «me ha ayudado mucho a crecer como actriz y como persona».

Foto: Carlos de la Calle

«Veo cine español… del bueno»

El premio Personaje en su categoría internacional se entregó al padre Pietro, de Si Dios quiere. Elena Martínez, decana de la Facultad de Educación de la UNIR y miembro del jurado de los premios, alabó esta comedia porque «todos sabemos lo difícil que es hacernos reír de una forma inteligente» y respetuosa, y más sobre cosas como la religión. En este sentido, el padre Pietro «respira frescura por todos los poros, y en vez de darnos moralina juega con los tópicos sobre el sacerdocio». Es «la vía de los hechos» la que conseguirá, en su relación con Tommasso, el protagonista, que este se abra a ver «la coherencia de su vida» y «el lenguaje de la naturaleza», que habla de Dios.

Durante la gala, también se entregó el premio internacional ¡Qué bello es vivir! a El último acto. Acto seguido, se entregó el galardón a la Trayectoria humanística a Primitivo Rodríguez Gordillo. El veterano productor de cine y televisión agradeció mucho el premio, sobre todo el recibirlo cuando se encuentra «en la segunda gestación para llegar a la vida verdadera», porque «hace muy poquitos años, Dios me mandó un regalo, una enfermedad».

La presentadora de la gala, M.ª Teresa Ekobo, se despidió esperando que, «cuando os pregunten si veis cine español tenéis que decir que sí… pero del bueno».