El prójimo y el sistema - Alfa y Omega

El prójimo y el sistema

Frente al discurso del odio y el miedo, el Papa ve en los movimientos populares un medio para construir tejido comunitario desde la base

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Foto: H. Wilson

En un momento en el que los ricos le han cogido el gusto a construir muros para mantener a raya a los pobres, el IV Encuentro de los Movimientos Populares (celebrado del 16 al 19 de febrero en Modesto, California) ha estado dedicado a las migraciones y la xenofobia. El tema había sido elegido un año antes, así que la llegada al poder de Donald Trump no ha hecho más que confirmar que la idea fue acertada.

Frente a la mentalidad de fortaleza asediada que avanza en muchos países a lomos de un discurso público que propaga odio y miedo a partes iguales, el Papa ha visto en los movimientos populares un modo de construir tejido comunitario desde la base, deshaciendo prejuicios e incomprensiones entre las personas a través del contacto directo entre ellas. La misión de estas organizaciones –escribe en su mensaje a este último encuentro– es «trabajar en lo cercano, junto al prójimo, organizados entre ustedes, para sacar adelante nuestras comunidades». Buscando alianzas para dar respuesta a los problemas inmediatos y concretos. Entre esos problemas Francisco cita la degradación del medioambiente («La crisis ecológica es real», «no caigamos en el negacionismo») o la situación de inmigrantes y refugiados, especialmente cuando pesa sobre ellos el estigma de proceder de otra cultura y religión («No existe el terrorismo cristiano, no existe el terrorismo judío y no existe el terrorismo islámico. No existe. Ningún pueblo es criminal o narcotraficante o violento»).

Al trabajar por sacar adelante las comunidades, se descubre que muchos problemas tienen causas que son sistémicas. Ese es el razonamiento de Francisco. De este modo, de lo micro el Papa asciende a lo macro, y ha terminado escribiendo uno de sus pronunciamientos más demoledores sobre un sistema económico que causa «enormes sufrimientos a la familia humana» y provoca «heridas que han sido criminalmente desatendidas». No es política ni ideología, sino un análisis crítico de la realidad motivado por el deseo de transformarla y mejorarla para todos.