Kosovo: peligroso precedente de independentismo radical - Alfa y Omega

Kosovo: peligroso precedente de independentismo radical

Las Naciones Unidas han presentado un plan para resolver la enquistada situación de Kosovo, hoy bajo la supervisión de las tropas de la OTAN para evitar los enfrentamientos entre albanokosovares (el 90 % de la población) y los serbios. La propuesta, que se hará pública esta semana, plantea un estatus similar a la independencia. Esta opción abre la peligrosa caja de Pandora de los independentismos más radicales. En Bélgica, España, o incluso el Reino Unido, algunos pretenden hallar paralelismos

María Solano Altaba
Foto: AFP Photo/Ermal Meta

Dar la independencia a Kosovo sería «la consagración jurídica de la separación étnica», explica el profesor Marcelo G. Kohen, del Instituto Superior Universitario de Estudios Internacionales, en Ginebra. El futuro de Kosovo se encuentra, en estos momentos, en juego. Esta provincia de Serbia, con amplia mayoría albanesa -un 90 %-, reclama su total independencia y para ello esgrime la opresión a la que ha sido sometida durante años por los serbios. Kosovo fue objetivo primordial elegido por Slobodan Milosevic para lanzar su proyecto nacionalista de la gran Yugoslavia. Para Belgrado, Pristina es la cuna de Serbia, y para los serbios, perderla sería como si España perdiese Covadonga. Los albanokosovares, por su parte, han respondido a la opresión atacando los vestigios serbios y excluyendo a este grupo minoritario de población.

En 1999, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas estableció que la región quedara bajo el mandato de la OTAN, y las tropas de la Alianza Atlántica han sido las encargadas de mantener la tensa calma que impera en la pequeña provincia. La comunidad internacional entiende que esta situación no se puede alargar de manera indefinida. Sin embargo, hoy por hoy, retirar a las tropas podría suponer una vuelta a las armas por parte de los dos grupos enfrentados: serbios y albanokosovares. Por eso, la ONU decidió actuar en busca de una solución que será presentada esta misma semana a las partes por su enviado especial, el finés Marti Ahtisaari. Aunque poco ha trascendido de las condiciones propuestas desde Nueva York, todo hace pensar en una solución realista, pero con graves problemas de cara al futuro, puesto que sienta un peligroso precedente: cualquier grupo de población que quiera separarse del Estado en el que vive, puede llegar a hacerlo, si ejerce la presión suficiente.

España ha mostrado su disconformidad con la idea de un Kosovo independiente, porque sería como abrir la caja de Pandora de las solicitudes de desmembramiento de los Estados en un momento en el que lo que se busca en política internacional es todo lo contrario: la integración. Pero parece que esa caja ya está abierta. Baste citar los ejemplos de los grupos que, en el País Vasco, en Cataluña y en Galicia, piden la independencia y se proclaman como voz de una mayoría que no tienen. Otros ejemplos son los de Escocia respecto a Inglaterra, Quebec en Canadá, o Chechenia en Rusia.

El Consejo de Seguridad de la ONU, que tiene cierta capacidad sobre los casos de autodeterminación, no puede decidir en todos los supuestos. Como explica el profesor Kohen, «ni en 1945 ni más adelante los Estados quisieron darle al Consejo de Seguridad esta competencia». De hecho, en el ejemplo de Kosovo, la limitación del Consejo de Seguridad es muy clara. En el caso de que se aprobara alguna medida en pos de la independencia de la región -situación poco probable, puesto que, a pesar de que Estados Unidos y Reino Unido son favorables, se toparía con el veto de Rusia, contraria a la propuesta de Ahtisaari, porque tiene enormes problemas étnicos dentro de sus fronteras-, sería necesaria también la aprobación de Belgrado, que tendría que dar su visto bueno a la amputación de parte de su territorio. En Serbia se acaban de celebrar elecciones y el grupo mayoritario ha sido el nacionalista, contrario a la independencia kosovar. Sin embargo, es probable que los europeístas moderados formen Gobierno. Quizá ellos sí estén dispuestos a vender una parte de su territorio para comprar así algunos puntos en favor de su futura integración en la Unión Europea. En cualquier caso, otras muchas minorías en el mundo están pendientes de la propuesta de Naciones Unidas.

Las claves del conflicto

La tensión entre serbios (10 % de la población) y kosovares (90 %) sigue existiendo.

  • La población albanesa de Kosovo ha vivido asediada durante años por los serbios.
  • Los albanokosovares han utilizado el terrorismo contra la minoría serbia de la región.
  • Hoy, la pequeña provincia se encuentra bajo el mandato de la OTAN.
  • Los albanokosovares no han sido reconocidos como pueblo y no pueden alegar, por tanto, el derecho a la libre determinación.
  • La propuesta de Naciones Unidas podría pasar por una independencia de facto, aunque sin citarla explícitamente.
  • La independencia de Kosovo sentaría un peligroso precedente para otros grupos étnicos o religiosos que desean pedir su independencia.
  • La independencia de Kosovo sólo sería jurídicamente lícita si la aceptara Belgrado, no si la impone la ONU.
  • Rusia se opone radicalmente a esta opción porque dentro de sus fronteras tiene conflictos parecidos.
  • El previsible veto de Rusia en el seno del Consejo de Seguridad, paralizaría el proyecto del enviado especial de la ONU.