Los Estados Unidos, de Sur a Norte - Alfa y Omega

Los Estados Unidos, de Sur a Norte

Javier Alonso Sandoica

Porque no sólo deberíamos creer en un sólo itinerario de formación, de Este a Oeste, sino también de Sur a Norte. Quiero decir, la historia de los Estados Unidos no es exclusivamente la anglófona de los protestantes radicales que llegaron en el Mayflower, con el ariete de la roca de Plymouth, Massachusetts, Jamestown, Virginia, etc., sino la hispana.

Como dice el historiador H. E. Bolton, «el suroeste es tan español en color y antecedentes históricos como Nueva Inglaterra es puritana, como Nueva York es holandesa o como Nueva Orleans es francesa». No es que la oleada de inmigrantes hispanos esté en la actualidad recoloreando el país, sino que, en el melting pot inicial, ya estaba allí la marca de nuestra cultura y nuestro idioma. Recomiendo vivamente el libro del profesor Fernández-Armesto Nuestra América (editorial Galaxia Gutenberg), en el que se reconocen cuestiones como la ausencia de un gen WASP (blanco, anglosajón y protestante) en el gran cuerpo norteamericano. De hecho, los indios autóctonos llevan más tiempo haciendo aportaciones que los anglo. Y más del 40 % de la población de Georgia y las dos Carolinas era negra cuando se firmó la Declaración de Independencia. En cuanto a la confesión de fe cristiana, los datos dicen que alrededor de una cuarta parte de los ciudadanos estadounidenses son hoy católicos, y en las cuatro últimas décadas, la población católica ha crecido casi un 75 %.

En el libro se cuenta el origen del primer territorio hispano en Estados Unidos, Puerto Rico, una historia que, con frecuencia, se quiere soslayar, porque no fue propiamente una conquista, sino una negociación. Dice Fernández-Armesto que los libros de Historia se han concentrado en la sangre, porque «la guerra produce historia animada y vibrante, pero la paz es de lectura pesada» (Thomas Hardy).

Es apasionante leer las memorias de exploradores españoles tan extraordinarios como Alvar Núñez Cabeza de Vaca, del que se fraguaron extraordinarias leyendas, quizá porque pareciera más invulnerable que el mismo Aquiles. También acaba de aparecer en el mercado uno de esos libros imprescindibles para terminar de hacerse una foto más cumplida de los Estados Unidos. Viajes con Charley. En busca de EE. UU., de John Steinbeck (editorial Nórdica). El periplo que el Nobel de Literatura hizo en 1960 por la geografía de su país, un libro profundamente valioso por su carga de humanidad. Además, hace el retrato de una Norteamérica de integración, nada multicultural, que merece la pena conocer en estos tiempos de turbación.