Auara: cuando beber agua es algo extraordinario

Todo empezó con unas cañas. Antonio Espinosa de los Monteros, arquitecto y alma inquieta curtida en voluntariados en países como Perú o Etiopía, supo, a la vuelta de varios meses construyendo un hospital en medio de un campo de refugiados en el país africano, que su aportación desde España sería mejorar el acceso al agua potable de los países más afectados por la sequía o la falta de infraestructuras. «Veía niños con la tripa hinchada porque habían bebido agua sucia, adultos con gangrena porque no podían lavarse las heridas, bebés desnutridos porque sin lluvia no hay alimentos, niños que no podían ir al colegio porque tenían que desplazarse varios kilómetros diarios hasta el pozo… el agua estaba detrás de la mayoría de los problemas. Y pensé que si mejorábamos el acceso al agua podríamos mejorar muchas cosas».

Y aquí llegan las cañas. Cuando volvió de Etiopía se encontró con Pablo Urbano en un cumpleaños y surgió la idea de mezclar el agua con una empresa social. Así nació Auara, que en amárico significa tormenta de arena en el desierto. El objetivo de esta empresa, que empezó de cero con ayuda de familiares y amigos, y lleva ya tres años en movimiento, es que su marca compita al nivel de las grandes empresas y que algo tan cotidiano como comprar una botella de agua suponga que el usuario, al elegir Auara, «ayude a que otras personas tengan acceso al agua potable», ya que el 100 % de los beneficios van destinados a un fin social.

Botellas 100 % recicladas

El agua procede del manantial Carrizal II, de León, y además el equipo de Auara –cinco personas contratadas y varios voluntarios– ha diseñado una botella fabricada con el 100 % de plástico reciclado (R-pet). Aunque van ampliando los lugares de venta poco a poco, de momento se puede encontrar en numerosos restaurantes y en algunos centros de El Corte Inglés (todos los puntos de venta se pueden encontrar en auara.org).

Lo que no han esperado estos emprendedores es a enviar dinero –aunque todavía no hay beneficios– a los proyectos. «Para nosotros esto es primordial», afirma Espinosa de los Monteros. Auara ya ha puesto en marcha la perforación de un pozo en un colegio de Benín que lleva agua a 500 niños y al resto de la comunidad. Y en Camboya han construido baños para familias con miembros enfermos con VIH. Todo en colaboración con socios locales, como monseñor Kike Figaredo en el caso camboyano.

La Fundación Universitaria San Pablo CEU concedió la semana pasada a Auara el XX premio Ángel Herrera a la solidaridad.