Gentes: Jesús de las Heras, sacerdote y periodista (en Ecclesia) - Alfa y Omega

Querido Pablo VI, durante tu pontificado empezaste a padecer y a ser incomprendido: unos querían la Iglesia del siglo XIX y otros la del siglo XXI. Y empezó tu Calvario, comenzó tu Pascua. Fuiste signo de contradicción. Se te acusó de todo, cuando tu corazón era sensible, tierno, receptivo y dispuesto a amar hasta el límite. Tú, querido Pablo VI, unido, abrazado a tu cruz -a tu báculo pastoral en forma de cruz-, seguías caminando. Tu magisterio era riquísimo, hermoso, lleno de frescura, autentica y apasionada exposición de la fe y de la moral que hoy la Iglesia quiere mostrar como un inapreciable tesoro.