Gentes: Enrique de Alba, experto en educación (en Palabra) - Alfa y Omega

La labor educativa hacia los hijos carecería de sentido si no se empapara de lo trascendente, que es el objetivo final: que los hijos sean felices y vayan al cielo. Los padres tienen la inmensa obligación de dar sentido cristiano a todo lo que hacen. Viviendo la fe, los hijos la heredarán, aunque haya momentos en que todo parece haber caído en saco roto.

La fe se vive. Rezar con los hijos cuando son pequeños, de forma agradable, sin exigencias y con devoción, será el cimiento de una sólida cercanía con Dios. La mejor catequesis es ver a los padres rezar, confesarse, comulgar, pedir y dar gracias a Dios y, sin ñoñerías, pensar en cristiano.