¿Quieres ser un Rey Mago? - Alfa y Omega

¿Quieres ser un Rey Mago?

Es la noche del 5 al 6 de enero. Los niños no pegan ojo de emoción: ¡Vienen los Reyes Magos cargados de regalos! Es el momento de disfrutar de todos esos juguetes que han pedido durante el año los más pequeños, y de darse ese caprichito los más mayores. Pero muchos no podrán vivir esa noche mágica. O bien no tienen recursos, o bien no tienen a nadie que piense en ellos: ¿Ponemos remedio?

Cristina Sánchez Aguilar
Chica vestida de Rey Mago de la iniciativa Regala un juguete a un niño en una casa de acogida, idea de Reyes Magos de Verdad. Foto: Reyes Magos de Verdad

-Shhh, no hagas ruido, que vas a asustar a los camellos.

-No se asustan, les he dejado un vaso de leche a cada uno.

-¿Crees que nos hemos portado bien y nos traerán todo lo que hemos pedido?

-¡Sííí! El año pasado me trajeron un montón de regalos…

Cada noche del 5 al 6 de enero, esta escena se repite en multitud de hogares del mundo. Niños nerviosos esperan la llegada de los Reyes Magos cargaditos de regalos -tantos, que, a veces, ni los disfrutan-. Reyes Magos que no sólo pasan esa noche por su casa, sino por la casa de los abuelos, de los tíos, de los vecinos… Pero hay muchos niños -y no tan niños- que en Navidad no pueden recibir ese regalo que tanto ansían. Ni ése ni ninguno. Menores tutelados que viven en casas de acogida, hijos de familias que apenas tienen dinero para comer, ancianos solos… se levantarán el día 6 y su salón no estará repleto de bonitos paquetes. ¿Y por qué unos sí pueden tener esa ilusión y otros no? El Niño Jesús, que recibió los regalos de los Reyes Magos, nace para todos.

Reyes Magos de verdad

Doña Paloma Lladó, hace cuatro años, habló con una amiga suya, profesora en una barriada de Barcelona, que le contó la ilusión con la que los 30 niños a los que daba clase recibían los regalos que ella y sus amigos les compraron por Navidad. Dos años después, se acercaba esta época y Paloma cogió el teléfono: «¿Por qué no hacemos algo parecido para los niños de la casa hogar en la que somos voluntarios?» A la mañana siguiente, 100 personas se habían sumado a la iniciativa. El primer año, repartieron 150 regalos. Esta Navidad, se van a repartir 2.400: «La gente es muy generosa, tanto, que este año también vamos a repartir comida, porque en los centros nos dicen que necesitan cosas muy básicas. Sí, los niños siempre querrán un peluche, pero sobre todo necesitan pañales», señala Paloma. El aumento extraordinario de los voluntarios, Paloma lo explica en una frase: «Somos plenamente conscientes de que no somos nosotros los que estamos detrás: sólo somos sus manos y pies». De Dios, claro.

¿Cómo ha llegado a tener esta repercusión? Paloma y sus Reyes Magos más allegadas han puesto en marcha una web, www.reyesmagosdeverdad.org, en la que todo aquel que envía un e-mail y se suma al proyecto recibe una carta escrita por uno de los niños de los hogares que forman parte del proyecto, en el que pide tres regalos. Cada Rey Mago de verdad compra uno de esos regalos, y se lo hace llegar a los coordinadores, que a su vez, lo envían a los centros. Los regalos se entregan a los niños de dos formas: o bien los dejan la noche del día 5, o bien se hace una fiesta en la que los Reyes entregan en mano los juguetes.

Los niños deben tener infancia

Foto: Reyes Magos de Verdad

Una Reina Maga de verdad, doña Susana García-Vaquero, cuenta que se animó porque «recuerdo el 6 de enero como un día especial en el que se mezclaban el misterio de los Reyes Magos, la alegría y la ilusión. Es un recuerdo agradable que me hace sonreír ahora, de mayor, y me gustaría que los demás también puedan vivirlo. Los niños deberían tener una infancia en la que estén presentes la ilusión, la alegría y esa inocencia del misterio de los Reyes Magos».

Y ocurre. Claro que ocurre. La Madre Elisa, una de las encargadas de la Casa hogar San José de la Montaña, que la Congregación de las Madres de los Desamparados gestiona en Valencia, a la que llegan los regalos de esta iniciativa, afirma que todo ha cambiado desde que los niños reciben estos presentes: «Recuerdo que una niña tenía mucha ilusión por una mochila, y nosotras, por nuestros medios, no podíamos proporcionársela. Ahora todo es diferente». Además de los Reyes Magos de verdad, muchos amigos de esta Casa hogar toman la iniciativa por su cuenta: «Hoy mismo ha venido un señor con una furgoneta cargada de juguetes», cuenta la Madre Elisa.

Este año, los Reyes Magos de verdad ya han repartido sus regalos, pero además de sumarse a la iniciativa en años venideros, lo importante es dejarse contagiar por la ilusión: «Seguro que hay una residencia de ancianos cerca, o una casa de acogida, que necesite ayuda. Sólo hay que preguntar y hacer unas cuantas llamadas a los amigos. Una amiga mía preguntó en la residencia de al lado de su casa quiénes eran los ancianos más solitos y les compró tres bonitos regalos», recuerda Paloma. Todo es ponerse.