El alcalde de Riga promocionó Taizé con un saco de dormir, y familias ateas abrieron sus puertas - Alfa y Omega

El alcalde de Riga promocionó Taizé con un saco de dormir, y familias ateas abrieron sus puertas

En la capital de Letonia, los líderes de las distintas iglesias cristianas hacen retiros espirituales juntos y organizan un vía crucis compartido por todo el centro de la ciudad. Esta amistad ha jugado un rol muy importante en la buena acogida al Encuentro europeo de Taizé, acogido con los brazos abiertos por las autoridades y por los no creyentes

María Martínez López
Jóvenes llegando al encuentro. Foto: Wiesia

Del mar Mediterráneo al Báltico. Después de la cita del año pasado en Valencia, la 39ª edición del Encuentro Europeo de Taizé ha comenzado este miércoles en Riga, la capital de Letonia. Unos 10.000 jóvenes participarán hasta el 1 de enero en esta etapa de la “Peregrinación de confianza a través de la tierra” de la comunidad ecuménica, la primera en un antiguo país soviético.

Estos jóvenes convivirán con familias y parroquias cristianas del país, pero también con muchos no creyentes. «Durante la era soviética, mucha gente no se podía llamar creyente, y muchas personas vienen de familias ateas», explica el hermano Benoît, portavoz de la comunidad ecuménica fundada después de la II Guerra Mundial en Francia por el suizo Roger Schutz.

Sin embargo, el hecho de que el 20 % de los letones afirme no ser cristiano o no pertenecer a ninguna religión no ha impedido que la acogida a los peregrinos haya sido muy calurosa, sobre todo al final. «En las últimas semanas, cientos de familias que se han apuntado para acoger a peregrinos no podían responder a qué parroquia pertenecen porque no están vinculados a ninguna –narra el hermano Benoît–. Esto significa que un evento cristiano les resulta interesante».

Amistad entre las distintas confesiones

Después de la caída del régimen comunista –continúa el religioso– «las iglesias han encontrado un papel social muy importante», que hace que su voz sea escuchada tanto por las autoridades como por la sociedad. De hecho, el apoyo del alcalde de Riga, el socialdemócrata Nils Usakovs, al encuentro de Taizé ha llegado hasta el punto de que «se dejó grabar y fotografiar metiéndose en un saco de dormir para animar a la gente a acoger a peregrinos en sus casas».

La influencia que tienen las iglesias cristianas es atribuible en cierta medida a la fluida relación entre sus líderes. Para elegir la sede de un encuentro europeo, «necesitamos que nos inviten los líderes cristianos», y los letones –los arzobispos católico y luterano, el metropolita ortodoxo y el obispo baptista de Riga– lo hicieron de forma conjunta. «Tienen una amistad maravillosa. Por ejemplo, hacen cada año un retiro juntos para rezar y conocerse mejor. Es la primera vez que vemos una colaboración que llega hasta este punto».

Gunta, una voluntaria local de 29 años, explica que esta buena colaboración se traduce en múltiples iniciativas conjuntas, como por ejemplo un Vía Crucis ecuménico que en Semana Santa recorre todo el centro de la ciudad y en el que participan varios miles de personas.

Mensaje sobre la unidad europea

Otro elemento importante para la elección de Riga es el quinto centenario de la Reforma protestante que se celebra en 2017. En esta efeméride, «era importante encontrar una sede con muchos protestantes, católicos y ortodoxos, donde ninguna religión» fuera claramente mayoritaria. Es la situación en Letonia, donde el 34 % de la población es luterana, el 25 % católica y el 20 % ortodoxa.

La comunidad espera que sirva para «dar un mensaje positivo sobre la unidad europea», explica el hermano Benoît, portavoz de la comunidad. «Letonia tiene una ubicación importante dentro de Europa: puede tender la mano al Este y al Oeste», y también ser un punto de encuentro para jóvenes de diversos países de la región; por ejemplo, rusos y ucranianos o jóvenes de otros países donde se siente susceptibilidad hacia la presencia de Rusia.

De Benín a Letonia

Uno de los ejes en torno al cual girará el encuentro –tanto los talleres como las meditaciones diarias del hermano Alois, superior de Taizé– es la idea escogida como lema: «Juntos abrir caminos de esperanza». Es el mismo tema que tuvo el encuentro organizado por la comunidad, en septiembre, en Benín, y en el que participaron 7.500 jóvenes africanos.

De este encuentro surgieron cuatro propuestas que son las mismas que se propondrán a los jóvenes europeos:

• Mantenerse firmes en la esperanza; ella es creativa.

• Simplificar nuestra vida para compartir.

• Estar juntos para que se revele el dinamismo del Evangelio.

• Acrecentar la fraternidad para preparar la paz.