La fe no es un mercado - Alfa y Omega

La fe no es un mercado

Los textos para las celebraciones de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2015, que se celebra del 18 al 25 de enero, han sido preparados en Brasil, país donde los grupos pentecostales han experimentado un fuerte crecimiento en las últimas décadas, no siempre pacífico

Jesús Colina. Roma
Católicos brasileños participantes en el Vía Crucis, el pasado Viernes Santo, en Gonçalves

La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos es uno de los eventos más importantes del planeta, pues convoca a más de 2.100 millones de cristianos de todas las confesiones. Surgió en 1908 y, en esta ocasión, los organizadores de la iniciativa, la Comisión Fe y Constitución, del Consejo Mundial de Iglesias (que reúne a ortodoxos, protestantes, anglicanos y a representantes de otras Iglesias), así como el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos de la Santa Sede, han pedido a representantes de la Iglesia en Brasil que redacten los textos de las meditaciones que se celebrarán en estos días.

Brasil ha sido escogido, pues en las últimas décadas ese país ha sido testigo del nacimiento de numerosas agregaciones cristianas, que con frecuencia se presentan como rivales de la Iglesia católica o de Iglesias evangélicas tradicionales. Esta rivalidad se ha convertido en ocasiones incluso en intolerancia. El momento más doloroso de esa nueva violencia religiosa, que hasta ahora desconocía Brasil, se vivió el 12 de octubre de 1995, en la fiesta de Nuestra Señora de Aparecida, la Patrona del país, cuando uno de los obispos de una Iglesia neopentecostal dio una patada a una estatua de la Virgen durante un programa televisivo emitido a nivel nacional. Desde ese momento, han tenido lugar otros actos de intolerancia religiosa.

El cartel de la Semana.

Una lógica mercantilista

La comisión de cristianos de diferentes religiones que ha redactado los textos de la Semana de Oración de este año, explica, en la introducción de las meditaciones, que «la lógica detrás de este tipo de conductas es la competencia por hacerse con el mercado religioso». Y añade: «De un modo creciente en Brasil algunos grupos cristianos han adoptado una actitud competitiva hacia los demás, compitiendo por tener más espacio en los medios de comunicación social, más miembros nuevos y más ayuda pública para organizar sus grandes eventos».

«Esta situación de competencia religiosa –afirman los autores de las meditaciones de este año– ha afectado la vida de las confesiones cristianas tradicionales, que han experimentado una reducción o estancamiento del número de sus fieles. También ha reforzado la idea de que una Iglesia fuerte y dinámica es una Iglesia que tiene un gran número de miembros. Como consecuencia de ello, existe una tendencia entre algunos sectores significativos de las Iglesias tradicionales a distanciarse de la búsqueda de la unidad visible de la Iglesia de Cristo».

«Este cristianismo mercantilista» tiene repercusiones incluso en la política, denuncia el mensaje. Algunas confesiones han creado incluso sus propios partidos, en alianza «con determinados grupos de poder, como grandes terratenientes, industrias agrarias y mercados financieros».

Por esta vía, «la lógica ecuménica de derrumbar los muros que dividen» a las diversas confesiones cristianas es «sustituida por una lógica corporativista y por la salvaguardia de los intereses de cada denominación».

Con ello, se reduce también la incidencia de la fe en la propia vida. Un claro ejemplo es que, en Brasil, según el censo oficial de 2010, el 86,8 % de la población es cristiana, sin embargo, el país tiene una tasa muy alta de violencia. Un escándalo que la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de este año 2015 quiere tratar de eliminar, apelando a las conciencias.