Juan Pablo II, con las víctimas

Juan Pablo II ha vivido el final e inicio de este año con los ojos y las oraciones puestos en los cientos de miles de vidas humanas arrasadas en el sudeste asiático por el seísmo y, en particular, en los millones de damnificados.

Según ha explicado el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, en la medianoche de la Nochevieja el Papa celebró la misa en su capilla privada por todas las víctimas, en particular «por sus familiares, y por cuantos sufren en estos días las consecuencias de ese desastre, así como por todos los que se entregan para aliviar los inmensos sufrimientos de las poblaciones golpeadas».

En la mañana del 1 de enero, Jornada Mundial de la Paz, durante la misa que presidió en la basílica de San Pedro, el obispo de Roma dirigió su pensamiento a la tragedia asiática, saludando particularmente a los embajadores de los países afectados por el tsunami. Después de la misa, al rezar el ángelus junto a 40.000 peregrinos, reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano, alentó «la carrera de solidaridad que se está desarrollando en todas las partes del mundo. Este sentido de solidaridad humana, además de la ayuda de Dios, fundamenta la esperanza en días mejores durante el año que hoy comienza», reconoció el Pontífice en su primera intervención pública de 2005.

«Vencer al mal con las armas del amor se convierte en la manera en que cada quien puede contribuir a la paz de todos», subrayó el Papa en la Eucaristía, que fue celebrada por el cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado del Vaticano, en un templo lleno de fieles.

Nada más recibir la noticia el 26 de diciembre, Juan Pablo II dispuso el envío de una primera ayuda de su parte a las poblaciones de los países afectados por el terremoto y el maremoto. «Por encargo de Su Santidad, el Consejo Pontificio «Cor Unum», a través de las respectivas representaciones pontificias, ha enviado ayuda de urgencia a Sri Lanka, India, Tailandia, Indonesia y Somalia», confirmó un comunicado de este dicasterio, brazo de la caridad del Papa. «“Cor Unum” hace un llamamiento para que, individual y comunitariamente, apoyen con generosidad el compromiso de las respectivas Iglesias locales y de sus organizaciones caritativas a fin de que se pueda poner en marcha lo antes posible el programa de rehabilitación de las poblaciones tan duramente golpeadas por la devastadora calamidad», exhorta el comunicado.

Los 162 miembros de la Confederación internacional de Cáritas están respondiendo juntos a la emergencia. La ayuda sobre el terreno tiene lugar gracias a la presencia de sus miembros locales y de la movilización de las Iglesias locales. En la India, en las zonas afectadas, las diócesis han abierto sus escuelas e iglesias para acoger a las víctimas.

Las Cáritas de esos países han hecho un llamamiento para que, pasados los primeros días de la emergencia, la situación en la que han quedado todos los países afectados no caiga en el olvido.