Los Trinitarios, familia que escucha y acoge - Alfa y Omega

La familia trinitaria de Madrid –religiosos, religiosas, laicos, voluntarios del comedor Ave María y de la casa de acogida Miguel Ferrer y miembros de la Pastoral Penitenciaria–, quiere ser presencia liberadora junto a los que se encuentran en la periferia, ya que como trinitarios estamos llamados a regalar el amor misericordioso de Dios a todos los hombres, especialmente a aquellos que son esclavos de tantas realidades que no les dejan ser libres.

Tres palabras resumen hoy nuestra misión:

  1. Escuchar: Escuchar a los pobres. Es la gran tarea que la familia trinitaria ha ido haciendo a lo largo de toda su historia. Este es nuestro carisma, no pasar de largo ante todas esas realidades en las que los hombres están encadenados.
  2. Llenar: Llenar la tierra del amor de Dios y anunciar íntegro su mensaje. El Señor nos llama a llenar la tierra de este amor de Dios que se traduce en obras concretas, como por ejemplo el comedor del Ave María, lugar de cercanía y de escucha. No es tanto la comida lo que interesa, sino sobre todo que los necesitados tienen un lugar de acogida, donde no se le pide el carné a nadie, porque todos tienen su lugar, porque todos son importantes.
  3. Acoger: Dios nos pide que todos encuentren acogida en nosotros como nosotros la encontramos en Él. Para escuchar a los pobres y llenar la tierra del amor de Dios hay que saber acoger como Dios nos acoge a nosotros. Si nos presentamos ante Dios con humildad, vacíos, necesitados, Él va a llenar nuestra vida de su amor y de sus dones. Estando llenos de Dios podremos acoger a los pobres, liberar a los cautivos y oprimidos. La acogida es algo distintivo de la familia trinitaria. Nuestro mundo sigue necesitando el carisma. Por eso tenemos que saber escuchar el grito de los oprimidos y esclavos y llenar su vida del amor de Dios.

Que con la ayuda de Dios Trinidad seamos de verdad redentores de cautivos y pobres, estando en todo momento al servicio de la liberación, escuchando las nuevas cautividades desde donde vuelven a oírse los gemidos que llegaron al corazón de san Juan de Mata.