Cracovia acogerá la próxima JMJ, en 2016 - Alfa y Omega

Cracovia acogerá la próxima JMJ, en 2016

La Iglesia en Polonia tiene muy claro lo que puede significar la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Cracovia, en 2016. Como explica una peregrina de esta ciudad, «tenemos el mismo problema que en toda Europa: mucha gente está olvidando su fe católica. Espero que la JMJ cambie esto»

María Martínez López
Jóvenes polacos reciben en su país, en el santuario de la Divina Misericordia, el anuncio de que Cracovia será sede de la JMJ en 2016

Los peregrinos polacos en la JMJ de Río no eran demasiados, y el rojo y blanco de sus banderas se confundía con el de las peruanas, mucho más abundantes. Pero cuando estos colores ondearon, el domingo a mediodía, en la playa de Copacabana, los polacos dejaron claro que quienes saltaban de alegría por acoger la próxima Jornada Mundial de la Juventud eran ellos.

Polonia acogerá, en 2016, la XXIX Jornada Mundial de la Juventud. Será la segunda vez que el país eslavo acoja una JMJ, pues ya lo hizo con la tercera de las ediciones internacionales, que se celebró en el santuario de Czestochowa, en 1991. Por aquel entonces, el país vivía un momento clave, luchando por reconstruirse una vez levantado el yugo comunista. Así lo recuerdan los peregrinos polacos de más edad que han participado en la Jornada de Río, aunque en ese momento fueran demasiado jóvenes -o niños- para participar personalmente en la Jornada.

El mundo se había abierto

«Sé que fue un momento muy especial», recuerda Gosia. El padre Przemyslaw Gora subraya, especialmente, «la participación de los países del Este, sobre todo de Ucrania, Bielorrusia, Rusia…», junto a los peregrinos que llegaron de los países de Europa occidental. «Sentíamos que el mundo se había abierto», y que ese encuentro mundial constituía «una comunidad de jóvenes que están juntos porque Dios está con nosotros. Si Dios está con nosotros, yo puedo testimoniar que Él es mi vida. La Jornada Mundial de la Juventud siempre aporta la esperanza de estar juntos, unidos, en una Iglesia joven que da fruto y se desarrolla. Se desarrolla porque no puede pararse, debe andar siempre hacia adelante».

Un impulso que, dentro de poco, volverá a llegar a las tierras polacas. «Para nosotros, la Jornada será un gran desafío, una oportunidad; porque la juventud puede desarrollarse todavía más, sobre todo espiritualmente», y estos grandes eventos son una gran oportunidad para ello. «Cada Jornada Mundial de la Juventud lleva esperanza» al país que la acoge, porque «ya hemos oído y sabemos que los jóvenes son la esperanza del mundo, por su entusiasmo y su alegría. Hoy necesitamos un testimonio verdadero de Cristo». Para ello, «es importante compartir la fe: mi fe trae la tuya, tu fe trae la mía».

Aunque desde el resto de Occidente se mira a Polonia como uno de los países que más conserva sus raíces cristianas, desde dentro del país son conscientes de que esta aparente fortaleza está amenazada. «Tenemos el mismo problema que en toda Europa -asegura Eva-: que mucha gente está olvidando su fe católica, que dicen que no es importante ir a Misa. Espero que la JMJ cambie esto, y nosotros estamos rezando por ello. Cuando hablas de la experiencia de la Jornada, la gente puede no pensar más sobre ello. Pero, cuando ves a tanta gente en el mismo lugar, te obliga a pensarlo».

Jóvenes polacos, tras conocer que su país será la sede de la próxima JMJ, en 2016

Juan Pablo II está con nosotros

Eva, junto con sus amigos Julek, Christu y Anna, acudieron a la Jornada Mundial de la Juventud precisamente desde la diócesis de Cracovia, donde fue arzobispo Karol Wojtyla. Y, como no podía ser menos, opina que el Beato Juan Pablo II -que seguramente para entonces ya haya sido canonizado- será, sin duda, uno de los grandes protagonistas de la JMJ de 2016. «Siento que está con nosotros, que está en el cielo y está siguiendo esto. Y estoy muy contenta de que la misión que él empezó vaya a continuar».

Otro motivo de alegría para esta joven es el hecho en sí mismo de que su país haya sido elegido -por segunda vez- para organizar un encuentro así: «Cuando ves a gente de todo el mundo venir hasta Brasil, y estar todos juntos… Estamos muy orgullosos» de que lo mismo se vaya a repetir, en Polonia, antes de lo que parece. «Aquí en Brasil hemos estado muy contentos; es un país muy abierto, encantador», y les gustaría poder dar a los peregrinos que acudirán a Polonia el mismo trato que ellos han recibido en Río y en las diócesis donde han vivido la Semana Misionera.

Dos países acogedores

Gosia hace especial hincapié en este aspecto: «Estoy segura de que haremos todo lo posible para organizar todo muy bien y, conociendo a los polacos, te puedo asegurar que muchas familias y parroquias están dispuestas a acoger a los peregrinos. A mí me gustaría ser voluntaria, si es posible». Ya durante esta Jornada lo ha sido. Ella participó en la JMJ del año 2000, en Roma, «que fue impresionante, por el encuentro con Juan Pablo II». Al organizarse esta Jornada en Río, decidió ofrecerse como voluntaria, y ha estado colaborando con el desarrollo de las catequesis en polaco. «Quería hacer algo diferente, tener unas vacaciones interesantes; y también soñaba con venir a Brasil, porque había aprendido un poco de portugués y tenía ganas de practicar -explica-. Ahora tenemos esta experiencia para saber qué cosas se pueden hacer mejor, y para imaginarnos cómo puede ser la JMJ de Cracovia».

También desde fuera del país, la diáspora polaca espera este encuentro con entusiasmo y está dispuesta a hacer todo lo posible para colaborar. Konrad es uno de los 30 jóvenes, de origen polaco pero residentes en Norteamérica –en Chicago, Estados Unidos, y Vancouver, Canadá–, que aprovecharon la JMJ para conocer y convivir con otros jóvenes polacos, alojándose y compartiendo catequesis con ellos, en vez de hacerlo con los de los países donde viven. Que la Jornada vuelva a Polonia «es genial, maravilloso –asegura con el estilo propio de sus 15 años–. Allí, no tendremos que esforzarnos por aprender una lengua, porque es nuestra familia, nuestro pueblo. Seguro que voy, y me encantaría ser voluntario; sería una gran experiencia».

Recién anunciada la celebración de la JMJ de 2016 en la ciudad polaca de Cracovia, queda mucho por saber sobre su lema, cómo serán los actos, etc. Pero, apenas concluida la Jornada de Río de Janeiro, el padre Przemyslaw ya da la clave para vivir adecuadamente este próximo gran encuentro:

«Durante cada JMJ, cada uno de nosotros debe descubrir» –re-descubrir– la fe. No sólo debemos fijarnos en estos signos que se ven y se sienten», las muestras externas de alegría y comunión que inundarán el país eslavo, «sino en lo que Dios está trabajando dentro de mí, en lo profundo del corazón».

Honor y responsabilidad

El Arzobispado de Cracovia ha emitido un comunicado, firmado por su arzobispo, el cardenal Dziwisz, en el que reconoce «la gran alegría con la que he recibido el mensaje anunciado por el Papa», algo que califica como «un honor y una gran responsabilidad» y que, además, «coincide con el 1.050 aniversario del Bautismo de Polonia».

Aceptando la invitación a Polonia, el Papa «ha respondido a los deseos de tantos jóvenes que han querido siempre celebrar su fe en el país y la ciudad de Karol Wojtyla», señala el comunicado. «Hoy Polonia y Cracovia abren de par en par sus corazones, de modo que dentro de tres años puedan acoger a los jóvenes peregrinos bajo el liderazgo del Papa Francisco», añade el texto. Concluye expresando de nuevo la gratitud a Francisco por querer visitar la tierra del futuro san Juan Pablo II y, afirma, «mantendremos la vigilia con los centinelas del mañana».

La Jornada Mundial de la Juventud Cracovia 2016 ya tiene página web en español, www.krakow2016.com/es/, y twitter, @JMJ_Cracovia_Es