Los obispos de EE. UU. publicarán un documento sobre el racismo - Alfa y Omega

Los obispos de EE. UU. publicarán un documento sobre el racismo

La Conferencia Episcopal Estadounidense visita una parroquia afroamericana y alza la voz a favor de inmigrantes y refugiados

María Martínez López
Foto: CNS

La parroquia de San Pedro Claver, en el barrio de Sandtown-Winchester de Baltimore (Maryland) se alza entre edificios con las ventanas rotas o cubiertas de tablas. Esta zona de Baltimore se vio envuelta en serios altercados esta primavera tras la muerte de Freddie Gray, un chico afroamericano del barrio que murió por las heridas que sufrió a manos de la policía. Durante y después de los disturbios, la parroquia abrió sus puertas para encuentros comunitarios, y participó en la limpieza del barrio.

Dedicada al patrono de los esclavos, San Pedro Claver es la «Iglesia madre» de los afroamericanos católicos de la ciudad. El arzobispo de Baltimore, monseñor William Lori, la describe como «el hospital de campaña del que habla Francisco». Tal vez por ello los obispos de Estados Unidos visitaron el lunes este templo en el marco de la Asamblea Plenaria de otoño de la Conferencia Episcopal Estadounidense. La elección de celebrar allí la tradicional Misa del encuentro en vez de en la basílica de Baltimore se enmarca dentro de un esfuerzo de construir puentes entre la comunidad blanca y negra del país.

Solidaridad de la Iglesia

«Rezo para que nuestra presencia transmita la solidaridad de la Iglesia con vosotros», afirmó el arzobispo de la diócesis, monseñor Lori. La visita es un paso más después de la Jornada Nacional por la Paz en Nuestras Comunidades, convocada por los obispos el 9 de septiembre a raíz de los altercados por la muerte de jóvenes negros a manos de la policía en Louisiana, Minneapolis y Dallas; y también de la creación de un grupo de trabajo.

Desde su creación en verano, este equipo ha realizado entrevistas y sesiones de escucha con personas de la comunidad negra para explorar vías para promover la paz y la sanación. Su responsable, monseñor Wilton Gregory, arzobispo de Atlanta, informó de su labor en la plenaria, y pidió a sus hermanos obispos que publicaran un documento sobre el racismo, algo «cada vez más importante en este tiempo».

«Una oportunidad y una responsabilidad tremendas»

El documento ya está previsto en el plan pastoral 2017-2020, pero monseñor Gregory pidió «hacer todo lo posible para acelerarlo, dada la urgencia del momento presente», y «particularmente en el contexto de la incertidumbre y desafección postelectoral». La victoria de Donald Trump en las elecciones –explicó– ha reavivado las tensiones. «Esperamos que las manifestaciones no se vuelvan violentas». La Iglesia –continuó– «tiene una oportunidad y también una responsabilidad tremendas en unir a la gente en oración y diálogo para recomenzar la tarea vital de promover la curación y una paz duradera».

En la homilía en San Pedro Claver, monseñor Joseph Kurtz, presidente cesante de la Conferencia Episcopal, dijo que los obispos querían «ver con [sus] propios ojos, humildemente dar un paso adelante y guiar a otros para que lo hagan». Con todo, también reconoció que curar las diferencias raciales necesitará «más que una simple visita rápida en autobús». «Para que la violencia descienda y la urbanidad suba, todos deben hacer su parte» y promover un «diálogo basado en el respeto».

Parroquia de San Pedro Claver. Foto: CNS

El presidente, con menores no acompañados

La situación de los inmigrantes hispanos también ha centrado la atención de la Plenaria, que comenzó un día después de que el presidente electo afirmara en una entrevista televisiva su plan de expulsar o encarcelar a dos o tres millones de inmigrantes irregulares con antecedentes. En su discurso inaugural, el presidente cesante, monseñor Kurtz, repasó algunos de los momentos que, dentro de su sencillez, le han parecido significativos en su mandato de tres años.

Entre ellos, recordó su encuentro con dos docenas de inmigrantes menores no acompañados que estaban en custodia federal. Sus sueños «me habrían hecho sentir orgulloso si los tuviera un alumno al salir de un instituto católico. Solo querían trabajar, estudiar, reunirse con su familia» y «pedir ayuda a Dios». Conocerlos le ayudó a poner rostro en la complejidad de su situación. «Nuestra nación pisa arenas movedizas» cuando se habla de estas personas «en abstracto», añadió.

Por ello, pidió a sus hermanos en el episcopado que apoyaran el comunicado post-electoral del presidente del Comité de Migraciones, monseñor Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle. En el texto, escrito tres días después de la victoria de Trump, pedía al presidente electo que «siga protegiendo la dignidad inherente de los refugiados y los migrantes». Asimismo, ratificó a los migrantes que viven en el país «nuestra solidaridad y continuo acompañamiento mientras trabajáis por una vida mejor». «Servir y acoger a gente que huye de la violencia y el conflicto en varias regiones del mundo es parte de nuestra identidad como católicos. La Iglesia continuará esta tradición que salva vidas».

¿Una esclava, próxima santa?

En este ámbito, los obispos también han pasado a la acción además de tomar la palabra. Entre las decisiones de la Plenaria, está el lanzamiento del V Encuentro Nacional de Ministerio Hispano, un proceso de varios años de consulta, reflexión y acción misionera que busca discernir formas en las que la Iglesia puede responder mejor a la presencia latina para «ayudar a los hispanos católicos a fortalecer su identidad cristiana y su respuesta como discípulos misioneros». Se espera que un millón de latinos participe en el proceso, que culminará con el Encuentro Nacional en septiembre de 2018.

Otras decisiones tomadas por los obispos han acompañado, sin pretenderlo, este énfasis en el apoyo a las minorías. Por ejemplo, el apoyo de los obispos a cuatro causas de canonización: la de Julia Greeley, esclava liberada por la Declaración de Emancipación de Lincoln; Blandina Segale y Patrick Ryan, dos religiosos que emigraron a Estados Unidos de niños desde Italia e Irlanda, y Patrick Ryan, sacerdote de ascendencia irlandesa que se dedicó a los afroamericanos y construyó un orfanato que el Ku Klux Klan quemó dos veces.

En su plenaria de otoño, la Conferencia Episcopal de Estados Unidos abordó también cuestiones como su plan estratégico para 2017-2020, la preparación para el Sínodo de los Obispos de 2018 sobre los jóvenes y el discernimiento, la creación de un Subcomité para la Iglesia en África o la ayuda a los cristianos de Oriente Medio. En este ámbito, además de pedir al Gobierno federal que aumente la ayuda para los refugiados y desplazados internos, se anunció que se va a promover un hermanamiento entre parroquias y diócesis del país y otras en Oriente Medio.