La devoción a María - Alfa y Omega

La devoción a María

Cristina Tarrero
La Virgen de la Paloma durante su procesión del 15 de agosto. Foto: ABC

La reconquista de Magerit se sitúa en torno al año 1085. La villa comenzó a partir del siglo XI un lento crecimiento que permitió consolidar la ciudad que poco a poco fue desarrollándose. En 1202 se otorgó el fuero, conjunto de normas jurídicas vigentes que formaban un cuerpo legal escrito. Su lectura nos permite descubrir las parroquias o distritos de la nueva localidad.

La iglesia mayor era Santa María, la primera citada en el fuero, más tarde conocida como de la Almudena. Albergaba la imagen titular de la villa, la patrona, Santa María de la Almudena. Su historia la conocemos bien, está unida a ese primer Madrid de la reconquista. Su fiesta se celebra el 9 de noviembre, día que nos recuerda que apareció tras el muro escondida por los primeros cristianos con dos velas encendidas.

Pero existen otras advocaciones también de mucho arraigo en Madrid: la Virgen de la Flor de Lis, Nuestra Señora de Atocha, la Madonna de Madrid o la Virgen de la Paloma. La Virgen de la Flor de Lis, que actualmente está en la cripta de la catedral, pudiera ser la imagen conservada más antigua de Madrid. Es una pintura mural que estuvo en la iglesia de Santa María hasta su derribo. Nuestra Señora de Atocha, actualmente en la basílica de Atocha, según la tradición fue traída por los discípulos de san Pedro. La Madonna de Madrid, quizá la más desconocida, se venera en el convento de Santo Domingo el Real. Según la tradición, fue regalada por Fernando III el Santo. Por último nos queda la Virgen de la Paloma, que todos conocemos por ser la más castiza.