«La misericordia de Dios no se termina nunca» - Alfa y Omega

«La misericordia de Dios no se termina nunca»

La Almudena acogió la clausura del Año de la Misericordia, presidida por monseñor Osoro

Redacción
Un momento de la clausura del Año de la Misericordia en la catedral. Foto: Miguel Hernández Santos/Infomadrid

La catedral de la Almudena acogió el sábado la clausura del Año de la Misericordia, presidida por monseñor Carlos Osoro. A la hora de hacer balance del Jubileo, el secretario capitular y encargado del templo catedralicio, Jesús Junquera, afirma que «ha sido un año de muchísima afluencia de gente, y sobre todo de muchas confesiones». En otros templos jubilares, como el de Santa Gema Galgani, «hemos notado más confesiones sobre todo en Cuaresma», afirma el padre Jesús Aldea, párroco del templo, quien sobre todo subraya que«¡la misericordia de Dios no se termina nunca!». Y el padre Iñaki Lete, de los salesianos de Atocha, constata que «hemos recibido a muchos más jóvenes» que otros años.

Templos jubilares como el de Santa María de Caná han recibido este año «un mayor número de visitas y sobre todo un mayor número de penitentes. La gente que se confiesa habitualmente lo ha hecho con más frecuencia; y ha sido muy bonito comprobar también la cantidad de personas que llevaban muchos sin reconciliarse con Dios, a veces hasta más de 50 años», afirma Jesús Higueras, el párroco del templo de Pozuelo. Jesús Higueras ha sido uno de los misioneros de la misericordia nombrados por el Papa para este año. «He dado ejercicios espirituales a sacerdotes, religiosos y varias realidades eclesiales en distintas diócesis, siempre con el mismo tema: cómo vivir la misericordia en el ministerio, en la familia, en la comunidad…». Y sobre los pecados reservados a la Santa Sede que ha tenido la facultad extraordinaria de perdonar durante el Jubileo, comenta que «han sido numerosas las ocasiones en que he podido hacerlo y ha sido muy bonito transmitir el perdón de Dios».

Esta impresión la comparte también Víctor Hernández, el otro sacerdote madrileño nombrado misionero de la misericordia: «Ha sido precioso el poder confesar a personas que han vivido sus situaciones con mucho dolor; ha sido una liberación tremenda para todos ellos reencontrase con el amor de Dios».

A partir de ahora, como subrayó monseñor Osoro en la clausura del Año Santo en la catedral, debemos seguir «siendo misericordiosos como el Padre», primero reconociéndonos «necesitados de perdón», y luego «entregándonos para dar a conocer el carnet de identidad de Dios: la misericordia».

Infomadrid / R. P. / J. L. V. D.-M.