Número 1.000 de Alfa y Omega: mil y una formas de encarnar el Evangelio - Alfa y Omega

Número 1.000 de Alfa y Omega: mil y una formas de encarnar el Evangelio

Redacción

El 9 de diciembre de 1995 Alfa y Omega regresaba a los kioscos como semanario independiente encartado en ABC. Después de todo, el proyecto iba a sobrevivir al naufragio del diario La Información de Madrid, del que había sido suplemento entre octubre de 1994 y julio de 1995.

Informar sobre los principales acontecimientos eclesiales era un objetivo, pero sin dirigirse a un público especializado. El mayor reto era más bien ofrecer una mirada católica de toda la realidad y mostrar las mil y una formas en que el Evangelio se encarna en nuestro tiempo, haciéndose prójimo de la mujer y el hombre de hoy.

Estar en los kioscos de la mano amiga de ABC permitía llegar a nuevos públicos: al católico de a pie y quizá también a muchas personas insospechadas. Más cuando, a partir de febrero de 2000, la difusión se amplió a todo el territorio nacional.

Portada nº 1 de Alfa y Omega

La iniciativa se trasplantó a México, y así nació el semanario Desde la fe. Cerca estuvo también de materializarse otro proyecto dirigido a la población latina norteamericana en colaboración con la diócesis de Nueva York. Siempre con una idea muy clara: «Quisiéramos llegar a muchos que buscan sinceramente a Dios, y a otros que quizás no le buscan, pero que se llenarían de alegría si lo encontraran», como se leía en el primer editorial de esta segunda etapa con ABC.

La portada de ese primer número estaba dedicada al cine. La pregunta que habían planteado dos jóvenes periodistas italianos a varios cineastas de renombre internacional se la trasladábamos a algunos artistas españoles (Emilio Aragón, José Luis López Vázquez, Laura Valenzuela…): Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo?.

Con mayor o menor acierto, en estos mil números hemos tratado de mostrar cómo tantas personas responden con su vida cada día a esa pregunta. Y lo seguiremos intentando, mientras Dios quiera y nuestros lectores juzguen con benevolencia que su semanario tiene algo bueno que aportarles.