Monseñor Omella: «Me duele que se desprecie la basílica de la Sagrada Familia» - Alfa y Omega

Monseñor Omella: «Me duele que se desprecie la basílica de la Sagrada Familia»

En el sexto aniversario de la dedicación de la basílica, Juan José Omella reivindica el templo expiatorio tras las declaraciones de un concejal socialista y pide a los barceloneses que valoren lo que tienen

Fran Otero
El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, durante la homilía. Foto: Arzobispado de Barcelona

Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, hizo el pasado domingo una defensa pública del valor que para la ciudad y los barceloneses tiene la basílica de la Sagrada Familia, sobre todo, después de las declaraciones que hace poco más de un mes realizó un concejal del PSC, que la calificó como «una gran mona de Pascua» y un fraude, aunque el prelado no le mencionó. Justo en la Eucaristía que se celebró con motivo del sexto aniversario de la dedicación del templo expiatorio diseñado por Antonio Gaudí, dijo: «Nosotros, que estamos siempre en Barcelona y la hemos visto tanto, puede ocurrir que, a veces, la ignoremos y no acabemos de valorar lo que tenemos. Incluso llegamos –¡qué lástima!– a despreciarla. Me duele que se desprecie esta bellísima basílica».

Le sirvieron al prelado estas afirmaciones para desarrollar una homilía sobre la belleza, que, según dijo, «nos acerca a Dios», algo que sucede «con este bellísimo templo de la Sagrada familia». De hecho, insistió en la necesidad de salir de la rutina y ver la belleza de la creación y de las obras humanas: «Esta preciosa basílica debería recordarnos que Dios ama la belleza, que Él mismo es suma belleza. Todas las escenas que aparecen en las fachadas, en las columnas, en las vidrieras, etc. evocan el amor salvador de Dios».

La celebración coincidió con el primer aniversario del nombramiento de Juan José Omella como arzobispo de Barcelona en sustitución del cardenal Sistach, presente en la ceremonia y a quien reconoció la iniciativa de habilitar la basílica para el culto y de conseguir que el Papa fuera a Barcelona. «Ahora tiene más tiempo y su diócesis es el mundo, pero Barcelona y la Sagrada Familia siempre serán su casa. Venga cuando quiera», afirmó.

Durante la celebración de ese día se estrenó la reforma del presbiterio con las nuevas escaleras de acceso principal, así como la disposición de una zona más ancha ante el altar, conservado en el mismo lugar donde fue ungido por el Papa Benedicto XVI el 7 de noviembre de 2010.

Mejoras

Además se ha colocado una barandilla, inspirada en una obra de Gaudí en la catedral de Palma de Mallorca, en el presbiterio. Este tiene, además, dos nuevas escaleras laterales. Una primera zona de la nave ya cuenta con calefacción, y que con el tiempo se extenderá a toda la nave completa. Todas las reformas, según ha explicado el Arzobispado de Barcelona, tiene el objetivo de favorecer el culto en el templo expiatorio.

En la Eucaristía estuvieron presentes los miembros del patronato: su presidente delegado, Esteva Camps; el actual arquitecto jefe, Jordi Faulí; y el arquitecto que concluyó la obra para que la basílica pudiera ser dedicada, Jordi Bonet. «Los sucesores de Gaudí han seguido los planos y sus ideas. Muchas gracias por el trabajo», les dijo Omella.